Es curioso que lo que admiras de una persona puede ser el mayor escollo para tenerla cerca.
¿De verdad piensas que la vida es tan larga como para dejarla ir sin probar sus manos?
Aunque hay manos que no necesitan tocarte, basta con que se muevan en tu dirección, que se te muestren abiertas, y se te ofrezcan.
¿De verdad vas a dejar sin resolver ese asunto?
Muchas tensiones se resuelven a tortas, otras a gritos y otras a besos o gemidos. Lo importante es que una vez resueltas, se sigue caminando, pero la carga que arrastrabas se vuelve calorcito para tus adentros, y reconforta, y la vida es bella. Hablo desde la inmunidad de quien no tiene cadenas, que sabe que la amistad no se estropea por eso, y que los besos que no has dado también se olvidan, pero sin que los disfrute nadie, desperdiciados, como un cura guapo y célibe.
Que las ataduras de un compromiso son sagradas, si se juega a lo mismo, y que si sólo uno es el que da, queda exento de devociones, dejando el compromiso en contrato.
La vida da muchas vueltas, y si un día pasa, será un regalo a medias, tu secreto, tu salvavidas para seguir con la que tienes.
¿De verdad la vas a dejar con las ganas?