sábado, 31 de octubre de 2020

EL HOMBRE DE MI VIDA

          Estoy conociendo a un chico...que me tiene loca, pero loca.

          Es alto, guapo, cariñoso, muy inteligente, y está pasando por una de esas crisis que usamos los humanos para evolucionar en nuestras vidas. Adolescencia, creo que la llaman, así que hay que tenerle un poco de paciencia. 

          Vivimos juntos desde que lo conocí, y aunque sea un poco desordenado,  padezca hipoacusia selectiva, y trastorno de responsabilidad intermitente, es fácil la convivencia. Su beso por la mañana, de peor humor los lunes que los sábados, lo usa para medirse conmigo y llamarme enana, y de paso me saca la sonrisa, me sube las endorfinas , me sirve de antiarrugas...y me convence de que le prepare el desayuno. 

          Supe desde que le vi por primera vez, que es el hombre de mi vida, y cada vez se parece más a mi primer novio, da qué pensar...

          Hoy cumple 13, y la suerte de su padre, su hermana y mía, es enorme por tenerle. Brindo por esa suerte, y todas las que  vengan después. 

          Te queremos infinito, Daniel.

Que...venga.

          Darte cuenta de que llevas la camiseta del revés cuando hace rato que te vestiste en mi casa...es raro. De primero de infiel. Pero como no te terminaste el manual...y te has lucido... venga, te  espero cuando tengas excusa.

         Que me pidas que suba  a tu casa, pero cuando salga tu padre, aunque tengas 39, porque no entenderá  que estemos con tu novia...venga, me llamas cuando se vaya...

         Que se quede el colchón en el suelo del salón, porque te gusta más mi tanga a la luz de la tele...tiene su historia...pero que me des la vuelta para desabrochar mi sujetador y mi cuerpo...tiene... venga, llámame.

         Que sueñes lo mismo que yo, pero desde el sofá de tu casa...no tiene gracia,  pero
no me llames...ven.  Ya.

         Que me eches de menos...ya si eso me cuentas..., cari.

         

domingo, 25 de octubre de 2020

HASTA SIEMPRE, TITA.

             Hace meses que no escribo y me había prometido no hacerlo estando triste, pero es que ayer se nos fue la Mari, la chica de la carnicera de la Ganchosa, la hermana pequeña de mi madre y, como quiso que yo fuera la madrina del más pequeño de sus hijos, mi comadre. 

             Fue una mujer buena. Siempre. No se me ocurre forma  mejor de describirla y dudo que alguien esté en desacuerdo. Buena hija y hermana, buena esposa y madre amantísima de sus tres hijos, que la cuidaron con cariño inmenso hasta el último suspiro. Yo la quise muchísimo, y la recuerdo siempre en mi infancia. Eran la tita y los primos que estaban para todo, en lo bueno y en lo malo. 

             Creo que nunca fue consciente de que era guapa y capaz. Desde luego, nunca lo creyó, porque le podía la timidez, y sonreía con arrobo cuando no sabía bien que decir. Pero sí que sabía. Sabía lo que era bueno y lo que no, aunque a veces se equivocaba en el quién. Sabía cocinar mejor que su madre y sus hermanas, y cogerle el punto a los caracoles y al gazpacho. Sabía tejer a máquina: aún recuerdo un jersey que me hizo en blanco con gatitos rojos, y el trajecito rosa de su niña para la comunión de mi hermana. Sabía cultivar rosas. Sabía querer, y decirlo con los ojos. Sabía hacer el mundo más bonito y amable. Y eso es saber con mayúsculas.

             Se ha ido muy pronto, y casi sin avisar. Quizá no se acordó, porque su memoria llevaba tiempo distraída, y como la parca se encapricha con la gente buena, se la llevó ayer, a pesar de sus tres hijos a los que quiso por encima de todas las cosas, que le lloran con el desconsuelo con que se llora a una madre, a sabiendas de que no la van  perder, porque habría que olvidarla, y eso no va a pasar.

            Te echo de menos desde que te secuestró el Alzheimer y dejaste de ser tú, pero hoy duele más, porque no podemos despedirte como mereces. Aún así,  vete tranquila, que los que nos quedamos estaremos pendientes de tu Antonio, tu Isabel y tu David.

            Descansa en paz, tita Mari. Hoy mi llanto es por ti. 

            Que la tierra te sea leve.