domingo, 1 de mayo de 2016

DÍA INCASABLE

               Curioso día el de hoy. Celebramos al mismo tiempo dos cosas incasables: el Día de la Madre y el del Trabajo.  Cuando consigamos que las madres que trabajamos podamos hacerlo sin renunciar a alguna de las dos facetas,  podríamos instaurar el día de la Conciliación  Familiar, que, a priori, me parece bastante utópico.

               Felicitando de antemano a todas las madres y a los trabajadores de ambos sexos, sobre todo a los que disfrutan de un trabajo digno y vocacional, que eso debe ser la repanocha,  no puedo dejar de reivindicar algo de lo que se habla mucho, pero se soluciona poco.

               Mi maternidad ha sido tan vocacional como mi trabajo, y ambas  empezaron casi al unísono. He disfrutado mucho  de la primera, y no cambiaría ni uno de los minutos que he pasado con mis niños, porque fui yo la que los eligió a ellos en detrimento de mi carrera. Pero ahí está la cuestión,  en tener que elegir,  en la renuncia. En haber rechazado numerosos contratos y  ocasiones de formación y de mejora profesional, porque  los horarios no me permitían atender las necesidades de mis niños. 

               A consecuencia de ésto, mi carrera profesional dista mucho de la de mis compañeros varones de la misma promoción. Y como yo, muchas otras mujeres, que nos vemos obligadas a elegir entre nuestras vocaciones.  

               No culpo a los  hombres, que algunos hay que también intentan conciliar...pero la realidad es que son minoría. Tenemos marcado a fuego en el ADN de nuestra sociedad la maternidad sacrificada, y las propias mujeres  vemos lógico ser nosotras las que  hagamos malabares con nuestro tiempo .¡ Que bien que nos hayamos liberado, y ya no seamos amas de casa por obligación! (con todo mi respeto a las que eligen serlo). Ahora podemos ser  madres, trabajadoras, amas de casa, amantes sin complejos,  tener cuerpos perfectos, vidas interesantes y aficiones  a las que dedicarles toooooodo nuestro tiempo libre. Que tontas, ¿no?  Y encima, ni  no lo conciliamos todo  en una especie de supermujer, nos sentimos culpables. El colmo de la estupidez. 

            Las mujeres no conciliamos: las mujeres renunciamos, sacrificamos.  Y mientras eso sea una realidad tan patente, es absurdo celebrar el mismo día la Maternidad y el Trabajo. 

            Yo hoy voy a celebrar la primera,  que me va mucho mejor, y me da satisfacciones infinitas. 

            Felicidades a tod@s, celebren lo que celebren.