sábado, 31 de mayo de 2014

CAPITULACIONES

               Yo creía, boba, en historias felices, con finales felices.... sin darme cuenta de la incongruencia implícita de la felicidad en el final de algo bueno. 

               También pensaba que rendirse era perder, porque la renuncia tiene mala reputación, igual que una mujer libre.

               Contigo, he aprendido que renunciar puede salvarme, que rendirme puede ser un paso adelante, y que el asedio se torna inútil, cuando no hay voluntad de abrir las puertas.

                Bien sabes que mi camino no es feliz, porque no sales a mi encuentro, y que ignoro si tendrá final,  porque nunca dependió de mí.

                Pero la capitulación es incondicional. Retiro mis tropas, fin de la batalla.

                Arrasaste todo.

sábado, 24 de mayo de 2014

REFLEXIONEANDO


            Hoy toca reflexionear, que es lo mismo que reflexionar, pero dándole muchas  vueltas, enrocándose en la indecisión. 

            Y reflexioneando, pensaba que la Medicina, más que profesión,  es una forma de vida. Supongo que por ello precisa de vocación, como el Magisterio y la Teología. Y como toda carrera de fondo, la experiencia es un grado, que te enseña verdades no escritas en los libros. He aprendido que algunas de esas aseveraciones no científicas de la ciencia, son extrapolables a la vida.  Por eso hace tiempo que  temo más a la febrícula insidiosa, la famosa destemplanza mantenida, que a una fiebre de 40 grados, por aquello de que del toro manso.... Y desconfío más de los bichos pequeños, los que se comen al grande poquito a poco, como las hormigas  hacen con un cigarrón, que de los leones, que al menos te rugen antes del zarpazo.

            La misma sensación de  desconfianza, desazón y miedo a la dispersión del enemigo, siento respecto a la goteante merma de derechos y libertades que nos está minando la base de lo que podría haber sido el estado del bienestar. Sibilínamente, casi sin que nos demos cuenta.

           Me refiero a los recortes menos económicos: las tasas judiciales, la resta continua de servicios sanitarios, la segregación por sexo en las escuelas, la derogación del derecho al aborto, la limitación del derecho a huelga y manisfestación, la censura en los medios de comunicación y las redes sociales, el adoctrinamiento machista de una sociedad en la que mi hijo puede terminar siendo más valioso que mi hija, y teniendo más derechos que ella.

          Pues lo siento, pero a mí no me educaron para eso. 

          Esos bocados  están  carcomiendo  nuestro frágil orden establecido, como un cáncer que se ceba con las entrañas  de nuestro ecosistema social, favoreciendo a la minoría depredadora, en detrimento de la mayoría  trabajadora (o aspirante a trabajar). Un ecosistema social sumamente imperfecto y sin acabar, como todo universo, pero que ha costado vidas, años e Historia, y que nos permitía a la mayoría de los españoles sentirnos afortunados de serlo.

         En los últimos diez años, la percepción de inseguridad respecto al futuro, la sensación de nomadismo vital, ha invadido el sentir de varias generaciones, entre ellas,  la mía. Y no creo que sea por mi crisis de los 40...

        Y reflexioneando, llego a la conclusión de que reflexionar no sirve, porque nos apalancamos en el inmovilismo. Hay que actuar, hay que hacer, hay que votar...como mínimo.

        El voto es, en realidad, un arma poderosa, que pretendemos usar como arma  selectiva y se convierte en arma de destrucción masiva, por descoordinación social.

        Las elecciones europeas cuentan,  y mucho. Yo soy proeuropeísta, sin entrar en detalles. El problema es que para que el sueño europeo, casi utópico, funcione, Europa tendría que ser de izquierdas. Y no lo es. 

        Toda política contraria a la solidaridad, la igualdad de derechos y deberes y la ruptura de escalones sociales, es contraria a la idea de Europa como unidad.  Y ahora mismo, tenemos una Europa gobernada por oligarcas, que se mantiene porque su desintegración sería catastrófica hasta para los que más tienen...

        Mañana tenemos derecho a votar. A ver si lo aprovechamos para cambiar las cosas. Amén.

        Ea. Ya he soltado mi reflexionamiento.


DEL NEGRO AL BLANCO



NEGRO


        Por pétreo, firme y hercúleo que parezca un amor, dosis  mantenidas de desprecio, provocan lágrimas incandescentes, que,  aún sin derramarse desde los ojos, desmoronan el corazón más entregado.

        No puedo más....Cierta vez juré que  ningún amor me haría llorar, y tu desdén está asesinando lentamente mi sonrisa.

       Cerraste tu capítulo en mi historia. Me quedo con tu huella y la moraleja...



BLANCO



        Por frágil, inestable y pigmeo que parezca un amor, dosis mantenidas de atención y cortejos, provocan sonrisas escandalosas, que, aún sin combar la línea de los labios, derriten el corazón más gélido.

       No puedo más. Cierta vez pedí un amor que perpetuara mi sonrisa,  y tus mimos son lo único que necesito para mantenerla.

       Empiezas tu capítulo en mi vida, borrando todas las huellas...

martes, 20 de mayo de 2014

¿ATRACTIVA?

             ¿Atractiva? Decir que cada día estoy más atractiva es darme agua cuando espero vino. Donarle el hígado a quien necesita un corazón. Ofrecerme una camiseta en el Ártico.

            Quiero que vuelvas. Y eso no va a pasar, porque las atractivas no conseguimos encender las venas, ni dejar huellas en el alma. De hecho, atractivas pueden ser hasta las Matemáticas...

            Olvidaste  el camino, el porqué y las ganas. Ya eres casi libre. Ya casi me fui, y no saldrás a buscarme, porque no te importa.

             Algún día, alguien, escribirá la canción que nos cuente...

AQUÍ NO HAY PLAYA...NI PUERTO.

                    Dice Antonio Gala, que lo malo no es que los sevillanos crean que Sevilla es la ciudad más bonita del mundo, sino que  puede que lleven razón. Habrá sonreído al conocer las palabras de nuestro alcalde, el ínclito Zoido.

                    Enardecido ante la multitud de  PPerianos, como sólo saben enardecerse ellos en sus circunstancias, intentó emular a Cañete, el machote intelectual, en resbalón de campaña...y casi lo logra. Pero Cañete, es mucho Cañete...

                   No se le ocurre  otra que afirmar que  las naves que salieron a descubrir  América, lo hicieron de Sevilla. Le faltó decir "del Puerto de Palos, barrio de Sevilla"...Igual se refiere a naves extraterrestres, que salieran de Hispalis rumbo USA, para salir en las pelis...Porque lo que son las Carabelas, las de Colón....pa mí que no.

                   Desde mi humilde blog, pido disculpas a los onubenses que se hayan molestado. Pero no sé si avergonzada por la pedantería, o por la ignorancia del alcalde que votaron mis vecinos. Torpeza digna de Belén Esteban, pardiez!

                   Puede parecer una exageración, una tontería más de  los periodistas en campaña electoral...pero para entenderlo, hay que  conocer la  eterna discordia, lógica entre vecinos, que suele enfrentar a Huelva con Sevilla. Y a Sevilla con Cádiz, con Málaga, con Córdoba, con Granada....Se ve que Sevilla es como la hermana mayor, que no se lleva bien con ninguno de los demás, porque asume que todo lo que hay en la casa es suyo. Y las hermanas se molestan, no sin razón, porque  piensan que goza privilegios, y los ejerce. Pero se quieren una jartá. 

                  Y usted, alcaldesito, se ha pasado tres pueblos, de la Roda payá..

                  Los encantos de Sevilla son indiscutibles: situación geográfica privilegiada, el Guadalquivir,  históricamente mimada por el paso de importantes culturas. La Giralda, Triana, La Feria cuando era en abril, el Barrio de Santa Cruz, Sevilla Este, el Alcazar y la Catedral... la calle Sierpes, Cuna, El Rinconcillo, la cervecita en el Salvador,  la Esperanza Macarena, las barquitas de la Plaza de España, los arbejones de las palomas del Parque de Maria Luisa....los hippies pijos de la Alameda, el Corteiglés del Duque...El Metro, el Metrocentro, las farolas fernandinas....  la Expo, La Cartuja, Isla Mágica, la Se-30....Hasta las setas de la Encarnación, si no las  hubieran encajonao y se vieran....El puente de Triana, el del Alamillo y el radar del Quinto Centenario. 

                   Por no hablar de la provincia...El Parador de Carmona, los cohetes de Cantillana, el Barquero de Coria, el aguardiente de Cazalla. Los mostachones de Utrera, las corraleras de Lebrija, el Faraón de Camas, las Torres de Écija, las tostás de la venta del cruce de las Cabezas... los garbanzos del Coronil, el mosto de Umbrete, las tortas de aceite de Ines Rosales de Castilleja, los chaleres de Espartinas, los mantecaos de Estepa, la rivera de San Nicolás, el alcalde de Marinaleda...el pan de Alcalá...

                  To eso, y lo que  se me olvida o no sé. Pero como  no sé,  me callo, alcaldesito. No chincho, no pico a nadie...Que por muy chicos que sean los carteles de límite de provincia, Sevilla,  a mi pesar, no tiene las playas de Isla Cristina, las gambas de Huelva, la peña de Alájar..., los chocos y los choqueros, los vinos del condado,  las fresas, el fandango de Alosno, el Castillo de Cortegana, la Gruta de las Maravillas, el jamón de Jabugo, los chistes de Lepe, ni los botos de Valverde, por mucho que llenemos de miarmas los caminos del Rocío y los kilómetros de la A-49.

                  Igualmente carecemos de Carnavales como los de Cádiz, los caballos de Jerez, las olas de Bolonia y Tarifa, el atún de Barbate, Vejer...las almadrabas, el faro de Chipiona...el vaporcito del Puerto, la manzanilla de Sanlúcar y el Fino.... Romerijo      y el levantito y la Bahía.

                  Por muy capital del mundo que sea Sevilla, que lo es, la casa  de los vecinos, hay que respetarla, sin soberbia ni superioridad. Sobre todo si, como yo, se siente agusto entre sus gentes. Que aunque los sevillanos, en verano, nos mudemos a las playas de Cádiz y Huelva, con Giralda y todo, la sal y la arena, son suyas.

domingo, 18 de mayo de 2014

ÉCHAME UNA MANO...

                 He tardado más de cuatro décadas, pero  por fin he descubierto mi vocación. Desde siempre he querido ser...feliz. Parece una obviedad, pero la mayoría de la gente no parece quererlo. Es como si te preguntan ¿quieres ser rico?. El impulso es decir que sí, pero luego hay quien ni lo intenta, por más que se lo pongan en bandeja. 


              Con ser feliz, pasa lo mismo. Decimos que nos gustaría, del mismo modo que  ser cirujano plástico, actor famoso, astronauta...pero no nos creemos capacitados, o desechamos el esfuerzo enorme que supone conseguirlo. 

              Para ser feliz, además de vocación, hay que tener ciertos méritos, como la capacidad de disfrute, la perseverancia en nuestros sueños, y la valentía de renunciar a comodidades del alma.

             Valga como ejemplo quien decide ser abogado para seguir con el bufete de papá, cuando su vocación es la fotografía. O el que no confiesa su amor a la mujer que ama, porque tenga novio. O rechaza los reclamos de su amante por...(no se me ocurre razón para eso...salvo que deje de amarla).

             Yo estaba convencida de que quería ser Médico (conseguido), enamorarme mil veces, aunque  sea de ti (conseguido), madre (conseguido), escribir un libro (bocetando), viajar (progresa según presupuesto), ser inmortal (hasta hoy, conseguido...). Pero esas no son más que asignaturas sueltas de  mi vocación: diplomarme en Felicidad. Creo que tengo la base, pero me falta formación y entrenamiento en algunas habilidades. Nada que no se pueda resolver.

             He decidido intentarlo en serio,  aprobando como pueda las asignaturas,  algunas por los pelos y otras con matrícula de honor.

             Ya sé que no quiero joyas,  ni un coche caro,  ni un chalet con piscina,  si supone que alguno de los dos trabaje tan lejos que no pueda volver cada día a casa. Aprendí a renunciar a dormir, a cambio de  un rato de juegos de cama de adultos, aunque mañana madrugue. Disfruto las risas de mi hijo en unas vacaciones, aunque suponga gastarme el presupuesto de los armarios nuevos. Y sobresaliente en  regalar ratos de mimos a mi hija, aunque no haya recogido el salón. No voy a bodas, bautizos,  ni comuniones por compromiso, ni invito a mi casa a nadie que no pueda verme en pijama, o abrir la nevera sin pedir permiso. Me gusta trabajar, pero sigo prefiriendo los fines de semana. Empiezo a presumir de patitas de gallo, porque son fruto de muchas risas, y ya no blasfemo contra mi barriguita, porque me ha costado muy buenos ratos.

              Como dijo una vez un hombre sabio, beso que no das, beso que no recuperas. Y de nada sirve prometerlos con la mirada, cielo, porque se  te pudren dentro. Si quieres  besar, hazlo. Si quieres llamarle, hazlo. Si quieres verle, plántate  allí donde esté. Si quieres irte, sal y no vuelvas.

            La última que aprobé, con notable alto, fue el egoísmo inocuo. Ese que te permite anteponer tus deseos  a los caprichos de los demás, sin perjuicio para ellos. Aunque estudié para sobresaliente...pero se ve que a las mujeres se nos da mal esta materia.

            Llevo décadas trabajando en sacar de mi vida a quien no me  necesita en la suya, y aunque apruebo algunos controles,  no supero el examen final. Quizás vuelva a presentarme mañana, porque  me han dicho que no hay límite de intentos. Pero siempre hay un abrazo, un gesto, una mirada, que me confunde y caigo. Afortunadamente, no me rindo. 


            Y en ello andamos, disfrutando de la vida del estudiante, intentando sacarme el título antes de que me cambien el plan de estudios. 

Anda, échame una mano....Dame lo que sabes que merezco.

           

sábado, 3 de mayo de 2014

TENER UN BRAD


               Hace unos meses que circula por las redes una carta supuestamente escrita por Brad Pitt a su esposa, Angelina Jolie. Digo supuestamente, porque  hasta ahora nadie me ha confirmado que  la escribiera él. Vamos, a mí no me  han llamado...

               El  caso es que la carta es bonita, la escriba quien la escriba,  porque encierra una verdad grande. El cariño y las atenciones de tu pareja, te ponen guapa;  para los demás, y para ti, que es lo difícil. 
               Vivimos en un mundo hostil para los feos,  y la fealdad es tan subjetiva, que depende de la opinión ajena. Por muy guapisisisisima/o que seas,  no lo sientes si no  lo certifica alguien.
              Somos mucho más maduros para la  guapura interna: si eres bueno, inteligente, justo, asumes que lo eres,  en general.

              Las personas de ego frágil, necesitamos ser reconocidas por los nuestros. Yo ya tengo casi 43, y lo que opinen los demás sobre mí, empieza a resbalarme, pero me sigue importando, la mirada de Él. Quizás más que antes, porque  cuando una es jovencita y lo tiene todo en su sitio, y turgente...qué más voy a decir. Que tengo 42. Todavía...Más que aprovechable.

            El caso es que todos tenemos nuestros momentos difíciles, esos en los que la vida te pide demasiado, y, como no llegas, empiezas a abandonar lo prescindible. Y duermes menos, te arreglas menos,  te cuidas menos. La costumbre hace que no te importe lo aparentemente relegable, así que te  descuidas, y  te ves en el espejo y no sonríes, lo que hace  tus ojeras  más evidentes....y bla, bla,  bla. Porque dormir y sonreír siguen siendo los únicos trucos de belleza  que funcionan. A cualquier edad.

            Es entonces cuando necesitas que te mimen, que te hagan notar lo bonita que eres a pesar de  la báscula, y  del dinero desperdiciado en antiarrugas. Que tu risa es analgésica para sus jaquecas, y tus  manos el mejor ungüento para sus  dolores.  Que mirarte es su placer, y que el cielo empieza en tus labios. Que sus vacaciones las sueña entre tus sábanas, buceando en tus piernas. 

           Cuando sientes las ganas en su mirada,  y vives el asedio continuo, a tu cuerpo y a tu tiempo, y sabes de su verdad, la vida se transforma en decorado,  y tú eres la princesa otra vez, la sirena, el animal más bello del mundo en sus  brazos.  Y ya no te da igual que te vea despeinada, mal vestida, o sin depilar. Y ocultas  tus ojeras y te vistes de colores. Y sonríes a sus asaltos y te dejas cortejar, porque la vida es chula, como dice cierta marca...

           Del mismo modo, el despecho por su frialdad o por la lejanía, oxida las  mandíbulas, y aplana la curva de sonreír. Y te reconoces  fea y te escondes, porque ya no te busca, no te desea. Y te enfermas un poquito del yo.

           Todas hemos tenido un momento parecido al de la carta. Las que  hemos tenido un Brad a nuestro lado, le perdemos el miedo a la vida. Y eso te pone guapa, y lo pone guapo a Él.


            Así que pienso que la verdadera fortuna de Angelina no es tener un hombre guapo a su lado (eso lo tenemos muchas...) sino tener uno que la ponga guapa. Y eso  lo tenemos algunas. 



P.D: Para el que no  conozca la carta de marras, a continuación.


                    "Mi mujer se enfermó. Ella estaba constantemente nerviosa por sus problemas en el trabajo, su vida personal y sus errores y problemas con los niños. Había perdido 30 libras (15 kg) y pesaba 90 libras (45 Kg) a sus 35 años. Se volvió muy delgada y estaba constantemente llorando. No era una mujer feliz. Sufría continuamente dolores de cabeza, punzadas en el corazón y contracciones nerviosas en su espalda y sus costillas. No dormía bien, caía dormida solo por la mañana lo que la mantenía cansada todo el día. Nuestra relación estaba a punto de romperse. Su belleza quedó abandonada en algún lugar, tenía bolsas bajo los ojos, buscaba algo en su cabeza y dejo de cuidar de sí misma. Rechazó rodar películas y rechazaba los papeles que le ofrecían.
Perdí cualquier esperanza y pensé que nos divorciaríamos pronto... Pero entonces decidí actuar. Después de todo he conseguido a la mujer más bella de la tierra.

                   Ella es un ídolo para más de la mitad de hombres y mujeres sobre la tierra y yo era el único a quien se le permitía  dormir a su lado y abrazar sus hombros. Empecé a consentirla con flores, besos y cumplidos. La sorprendía y la atendía a cada minuto. La llené de regalos y vivía solo para ella. Hablaba en público solo de ella. Incorporé cada tema en su dirección. La idolatraba frente a ella y a nuestros amigos.

                  No lo creerás, pero floreció. Se volvió mejor que antes. Ganó peso, ya no estaba nerviosa y me amaba incluso más que antes. Yo no tenía ni idea que ella PUDIERA amar tanto. Y entonces me di cuenta de una cosa: La mujer es la reflexión de su hombre. Si la amas hasta el punto de la locura, ella se vuelve locura"