martes, 23 de noviembre de 2021

MAYOR DE EDAD.

                      Hace 18 años que te parí, y sólo unos minutos después, comprendí que eras tú la que me daba una vida nueva, mucho más emocionante y bonita. Criarte ha sido un privilegio, del que sigo disfrutando, un continuo enamorarme de la persona que eres, y la prueba de que el amor incondicional existe. A mí me ha pasado dos veces. 

                       Te has convertido en una persona grande, inteligente y leal, de corazón enorme, con su correspondiente carcasa, a la que  le vas poniendo puertas y ventanas. Defensora valiente de tus batallas, perdidas o no, y empática dispersa.  Has logrado metas  que aún no aprecias, a base de tesón, de las que presumimos más tus padres que tú. Eres más fuerte de lo que crees, y la lucidez de tus convicciones suele asombrarme.

                       Mimosa y dulce hasta la diabetes, tu sonrisa me alegra el día y una sola lágrima tuya, inunda mis ojos, aunque también manejas la fábrica de rayos de tu mirada y el dardo de tus palabras, si tienes que defenderte. Digna descendiente.

                       Te quiero de una forma que nadie salvo tu hermano ha podido igualar, y a modo de sincera advertencia, te aviso de que siempre serás mi niña, y que tu felicidad es fundamental para la mía. 


                       Feliz cumpleaños, cariño.

                       Mamá.

jueves, 18 de noviembre de 2021

LA TITA PURA.

          Mi tía Pura se nos fue anoche. 

          Era uno de los tesoros vivos de mi infancia, la anfitriona de mis vacaciones de verano, la que hacía magia para que en su casa siempre hubiera comida, aunque llegásemos 10 más de los esperados, esa casa en la que nunca estorbaban los niños y donde siempre se podía inventar un hueco para poner un colchón, aunque el suyo quedase encima del pozo (literal), para dormir al raso en las noches de verano con su Manolo.  Se ve que lo echaba de menos, y se dejó morir para  subir a cuidarlo.

          Me quedo con  sus canas, sus moñas de jazmines, su piel blanca y sus coplas mientras trasteaba por su casa. La primera en levantarse y la última en acostarse. 

          Hoy mis lágrimas destilan pena de la seria, porque  con ella se me va la última del triunvirato, mis tres tíos más queridos: la tita Mari, el tito Manolo y la tita Pura. Ojalá me equivocase y existiera el más allá, pero mandaré besos a  vuestro recuerdo. Siempre.