martes, 28 de febrero de 2023

¡LEVANTAOS!

            Hoy suena por cada rincón de esta tierra sin par uno de los himnos más bonitos que se han compuesto. Hoy celebramos el privilegio de los nacidos y de los que vivimos en ella. Felicidades, andaluces.  Pero con vuestro permiso, y con mucha pena, hoy le cambiaría un verso a la copla...

             " Andaluces, levantaos, que os quedáis sin sanidad..."

              Vivimos en una de las tierras más saludables del mundo. Clima  y dieta mediterránea, como nuestros orígenes: sol, playas, sierras, valles y algún desierto. Abundantes ríos, vertebrando nuestro mapa el Guadalquivir, ahí es ná. Presumimos de carnes ibéricas, de jamón, de caza, pescado blanco, azul y de tos colores, mariscos...Aceite de oliva, frutales, trigo y todo tipo de cereales. Y tantas otras razones para mantenernos sanos. 

               Pero cuando deja de ser suficiente, necesitamos médicos, enfermeros, hospitales y centros de salud. Esos también los hacemos bien, que nuestras universidades los preparan a conciencia, y por eso se exportan con facilidad, pero es un exportación que sale cara, irónicamente, porque no exportamos excedentes, sino gran parte de la producción que se proyecta para consumo propio.

               Andaluces, nos están robando. Miento, nos estamos dejando robar. Damos por hecho que la sanidad pública y de calidad que teníamos, seguirá estando, aunque de menoscabada...pero no es cierto. Nos la desmantelan sibilinamente y a marchas forzadas, y nuestra respuesta es quejarnos en los corrillos de las plazas de abasto y en las colas de los mostradores  del centro de salud. O agrediendo a los sanitarios que no damos abasto por un sueldo y unas condiciones que son de las peores de Europa. 

              ¿De qué nos sirve vivir en la tierra prometida, el paraíso, o la de María Santísima, lo que más te guste,  si cuando tu madre tenga cáncer, o tu hijo se tenga que operar de apendicitis vas a tener que hipotecar hasta las pestañas...?  Si cuando pagues la cuenta de tu primer parto necesitarás una calculadora para decidir si le das a tu hijo un hermanito o una carrera... Si cuando lleves tres días con esa "tosesilla", que no es para tanto, pero te preocupa, no vas a poder ir de urgencias a tu centro de salud, porque te va a costar 50 euros la duda...

               No soy catastrofista. No me lo invento. Lo que cuento pasa en  la mayor parte del mundo, y no hace falta irse a países pobres. No voy a entrar en consideraciones  políticas que no vienen al caso, y no dudo que el capitalismo atroz es la máquina que mueve el mundo, y la va a seguir moviendo. Pero puede ser menos atroz y menos inhumano en países demócratas como el nuestro, porque una sanidad y una educación públicas de calidad, junto a un trabajo digno, deberían ser premisas indiscutibles  para un movimiento social como el que deberíamos ejercer los millones de andaluces que hoy nos vanagloriamos cantando un himno que, siendo una de las más bellas arengas escritas, poniendo los vellos de punta de cada uno de vosotros, no acaba de llevarnos por el buen camino.

                 Andaluces, levantaos. Andaluces de izquierdas y de derechas, eruditos o analfabetos, ricos o pobres...levantaos. Porque una Andalucía con trabajo digno, educación y sanidad publicas y de calidad, es la forma de seguir siendo un paraíso del que nuestros hijos no tengan que salir para vivir mejor que sus padres.

                 Enorgulleceros de Séneca, de Victoria Kent, Blas Infante, Lorca,  Carmen de Burgos, Anguita, María Zambrano, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Machado, Mariana Pineda...tantos y tantos que creyeron en Andalucía y los andaluces.

                 Y levantaos, andaluces, que os quedáis sin sanidad.



viernes, 24 de febrero de 2023

PRIORIDADES

         "Que bonito es el amor." " El amor mueve montañas". "El amor es el motor de la vida."

          El amor no correspondido es una putada. Grande. Es como cuando llevas años queriendo embarazarte, y al conseguirlo te das cuenta de que el parto forma parte del lio, y duele. Mucho más que una muela rota.

          El amor unidireccional es un acto de fe. Quieres sin opción a esa persona y se convierte en parte profunda de tu verdad, sin respuestas a cambio, sin razones, sin esperanza. Hay quienes se consideran ateos porque no adoran a un Cristo, ni a un becerro de oro, pero hablan con la imagen del susodicho, le mandan mensajes a modo de oración, interpretan cual oráculo los silencios, las palmeras de chocolate, los buenos días, las buenas noches...La incongruencia de dar amor sin bordes y sin domar, a sabiendas de que soñar no es gratis...y sin recibir a cambio más que piel y momentos en que deja que lo quieras.

          Canciones que no son para ti aunque lo supongas,  miradas que te traspasan sin verte en una feria del libro cualquiera. Fechas  y eventos que solo tú recuerdas, porque te importan. Hasta que entiendes que  no puedes  ser nunca el plan de quien jamás hace planes, que deja pasar cada idea, cada posibilidad. No cabes en su su foto, mucho menos en su vida. No eres ninguna de sus prioridades.

          Y ahí entra la fe. Hasta que te acuerdas de santo Tomás. Te sientes ridículo por haber creído, por querer sin que te quiera y soñar sin que te sueñe. Por haber renegado de la ciencia, como tantas brujas sin quemar.

          Pasa el tiempo y nada cambia

         

miércoles, 22 de febrero de 2023

NO SALE COMO QUERÍAS

             A veces la vida no sale como uno quería. El plan no era ambicioso, sólo ser feliz, y siguiendo los pasos fiables, las rutas establecidas por otros que recorrieron el camino antes, y los mapas del buen hacer, debería ser pan comido. Nos preparamos para  y por el camino desde la infancia, y vamos tomando decisiones...rumbo a la felicidad.

            Compartimos la aventura, con diferentes compañeros. Unos para siempre, otros para años, otros para un rato. Cultivamos amigos, admiramos maestros, héroes...nos quitamos algún villano de en medio, atravesamos desiertos de soledad, montañas de libros y esfuerzo,  nos bañamos en risa y recorremos playas recogiendo besos.

            Por fin , encontramos el compañero de viaje a nuestra medida, y botamos un barco  a medias,  marcamos un rumbo que nos guste a los dos, lejos, porque tenemos tiempo, y el viaje lo planemos largo. Pa siempre. Al barco suben y bajan  amigos,  gente querida, y hasta traemos grumetes a bordo. Navegamos por ríos y mares a favor de la corriente, sorteando la dificultades juntos, en nuestro barco,  la proa encarando las olas, tan seguros de la tripulación...

           Un día te das cuenta de que no vas a llegar al destino. Has seguido la ruta sin apenas desviarte, porque cuando  dudabas o estabas cansado, en lugar de dejarte al pairo,  tu pareja cogía el timón, y te  devolvía a buen puerto. 

                                                                  Pero ya no.

             Los mapas son los mismos, pero queréis rumbos y velocidades diferentes. Os soplan vientos contrarios, el barco cruje, hace aguas y le falta calafate. Las ganas de abandonarlo no son una opción consciente, pero sí una idea que te ronda, si no fuera porque te debes a tu tripulación. Porque un capitán no abandona el barco.

            A veces la vida no sale como uno quería. E indudablemente, atracar el barco  en buen puerto salva más  tripulantes que dejar que se hunda. Porque a veces la vida no sale como uno quería.

jueves, 16 de febrero de 2023

DECISIÓN

                   Enamorarse es una decisión. Si bien la pulsión es cardiogénica, por la estantería en la que ubicamos los sentimientos, la compuerta la abre el cerebro, decidiendo perder la serenidad. Porque el amor no da paz, sino que la quita, te la cambia por Vida. 

                  Cuando esa vida de piel, saudades, sofá y manta contigo, borracheras sin alcohol y madrugadas claudicantes acaban, empieza la guerra, con el otro o con uno mismo. El desenamoramiento tampoco genera paz.  Sigue siendo vida, en su versión cruenta.

                  Como duele, hay quien decide no arriesgar,  permaneciendo fiel a su paz o a su guerra, sobreviviendo(¿viviendo?)como quien visita el museo donde los demás exponemos nuestras cuitas, en plan oyente y mirante. 

                   Yo lo probé durante un tiempo, pero casi me diluyo en el intento, así que tiré mi alma por la ventana, y desde entonces, me enamoro. Así, a lo grande. Y vivo. Mucho. Por si la vida es  aún más corta de lo que parece.

                   Lástima que mi Cupido sea un energúmeno de las mazmorras del Averno, con peor puntería que el niñato de Sin perdón.