domingo, 17 de marzo de 2013

CARTA PARA EL MARINERO

        Querido tú...

        Pensaba en ti desde mi adentro, sintiendo el sol de casi primavera en mis piernas, descansando aquí, en mi patio.  Como siempre que te pienso sin que me duelas, la sonrisa inconsciente  dibuja mis labios, que son más preciados  para mí desde que los visitas.


        Mañana hará tres años de aquel beso eterno, encadenado, dulce, que te hizo sonreír todo el camino de vuelta a tu barco. Ese que nunca voy a perder, porque nació de nuestras ganas, porque no tenía mas remedio que ser.

       Sabía que no debía enamorarme de un marinero. Que yo soy de beso diario, de muchos te quiero, de abrazo y de piel. Y que los marineros se alejan durante meses, y que si hay mar picada, no pueden llamar. Que la faena manda en su calendario. 

        Por eso, desde la playa donde te esperaré siempre, aunque nunca vuelvas, dibujo en la arena corazones, y escribo tu nombre,  y a ratos los pisoteo de rabia, de dolor por tus manos ausentes. Y tiro botellas con mensajes, a veces tan feos que rezo para que no te lleguen.

         Y tú...que me vas a querer siempre, ya lo sé, aunque a tu manera, no mandas siquiera una paloma piadosa, como las mentiras que no hacen daño. 

        Sé que no soy mujer para marinero, pero tampoco sé que hacer con este montón de amor que se me sale por los poros. Sé que me equivoco al llamarte a gritos, pero es que no soporto el frío. Sé que no debo hacer hogueras en la orilla, para que veas mi humo...

        Ayúdame, cariño. Déjame darte lo de antaño, que quiero ser la risa que  coloreaba tus grises. Quiero que vuelvas a compartirlos conmigo. O si acaso mi puerto ya no cuenta en tus rutas, párteme el alma de una sola vez, para que no me haga estatua de sal en la playa, como niña del marinero de cualquier canción triste. Me retiraré a mi patio, a recordar tus ojos, y a quererlos como siempre, sin que te des cuenta. 

        Pero no me castigues. No me condenes al silencio, que espero tu beso en la playa.

         Siempre aquí, 

                                 YO.

        
          

No hay comentarios:

Publicar un comentario