domingo, 31 de agosto de 2014

ABRAZOS MUDOS

                   Hay miradas que matan, caricias envenenadas,  besos de Judas. Y abrazos mudos. 

                   Hay cariños limpios, amores eternos, y quereres secretos. Todo cabe en el universo de las relaciones, entre animales mínimamente racionales.

                   Lo intolerable es jugar con el corazón del otro, cambiar las reglas del juego al son de las mareas propias, y culpar al destino, las circustancias, o la forma de ser, para justificar egoístamente las cobardías o los caprichos.

                    Ni en el amor, ni en la amistad, puede haber intermitencias. Puede doler, pero no hacer daño. Debe ser palpable, mostrado, porque los sentimientos  que no se enseñan, se mueren.

                    Racanear los besos  es despreciarlos, es asesinar el cariño, arrasar los sueños.

                    Y los abrazos mudos son un torniquete egoísta, que sólo alivia a quien lo da, pero no detiene la hemorragia del que lo recibe. Basta de  abrazos mudos, que se desangra. Y sabes cómo salvarle.

miércoles, 27 de agosto de 2014

GANANDO PARTIDAS

                       Cuentan ya más de cuarenta calendarios, y se les nota en la comanda:  ensalada tibia de berros, tartar de atún, solomillo de ternera al punto para ella, y lomo alto de novillo, poco hecho, para él, acompañando con un Viña Alberdi del 2001, por los buenos recuerdos.

                        Se citaron a las tres, por  culpa de los benditos trabajos, en un restaurante recomendado por ese amigo  que conoce el local de moda del momento, donde disfrutar del buen yantar. Uno de esos sitios modernos sin estridencias, con manteles de un azul profundo, servilletas de papel que no lo aparentan, y vajilla blanca con platos en forma de platos. Las mejores mesas están junto a grandes ventanales sin cortinajes, con vistas a una pradera de casitas con jardín, con sus piscinas y sus tejados con veleta, pero escogieron  una menos luminosa, que no restase intimidad a sus miradas. Resulta pequeña, pero es de agradecer, para susurrarse a chorros.

                        Llevan días planeando encontrarse a solas. Nada especial que decirse, salvo contárselo todo. Nada especial, salvo sus vidas, salvo los detalles de la parte de sus días que no comparten, porque  se quieren en régimen de separación de obligaciones.

                        Se contemplan, más que mirarse. Evalúan los detalles, estudian los matices, como quien disfruta un cuadro, o una foto antigua. Actualizan el mapa de sus caras, y se ponen al día de sus quehaceres, sus pareceres y de sus placeres.

                        Entre risas y confidencias, vuelven a sentir la magia de saberse cómplices, de maquinar un plan para dos, y ejecutarlo con todo el descaro posible, compartiendo mesa y mantel en público, sabedores de  que después  vendrán las sábanas  privadas.

                         Ella vuelve a encandilarse con  la mueca sutil de su sonrisa cuando la mira por dentro, y él sigue  fascinado por las curvas que protagonizaban sus sueños de veinteañero. Coqueteando, se cuentan travesuras malvadas, y se cuelgan medallas de corazones ajenos a los que mantienen en vilo. Juegan a sentir celos donde nunca cupieron, porque no se pertenecen. No hay dueños. 

                         Sin zapato, ella juega a buscarle los tobillos bajo el pantalón y él le dibuja garabatos en la palma de la mano, simulando las caricias que promete.

                         Ya les brillan los ojos a los postres, así que se saltan el café, para no posponer la fiesta de sus  pieles, que suele ser prodigiosa con las luces cálidas de la sobremesa.

                         Se palpa el romance al mirarlos. Pero lo realmente conmovedor y excitante es que llevan más de veinte años jugando a seducirse. Y ganando las partidas.

jueves, 21 de agosto de 2014

PERFECTA

                  Cariño, he de admitir, pese a mi  orondo ego, y por su  culpa, que no soy perfecta.

                  No puedo  ofrecerte unos bellos ojos verdes, ni una melena sensual, derramada sobre un cutis de alabastro, ni una sonrisa de nácar entre labios sedosos.

                  No soy tan alta, ni tan delgada como quisiera, y mis curvas ya no provocan derrapes.

                  Descuido mis manos y aborrezco mis pies, y a veces, aplazo demasiado lo de colorear mis canas.

                  Me falta elegancia, y ternura, y me sobra mal genio. 

                  Sé que debería aprender a cocinar, y a planchar bien las camisas. Apenas doblo las toallas, y mis cajones son un desastre.

                 Me gusta ir de cañas, sobre todo contigo, y entre comprar los muebles que nos faltan y escaparnos el fin de semana...seguiremos sin muebles. Soy manirrota,  consiento a los niños y los achucho cada vez que puedo. Como a ti.

                 Y lo peor de todo, es que a veces no soy capaz de esperar a que me desnudes, y me arranco yo la ropa. Sin recato, ni moral.

                  Por eso, cariño, soy perfecta para ti. Porque no soportarías a una mujer que hiciera bien todas esas cosas...

miércoles, 20 de agosto de 2014

SILBATOS Y CORTINAS ANTIVIOLADORES

            No, mire usted, no...Llevar un silbato, o sentarnos al lado del conductor del autobús, no evita violaciones. Al violador le da exactamente igual. Le disuade tanto como  al cazador ver a la liebre cerca de la madriguera.

             El tema es demasiado serio y sangrante  para permitir torpezas, de forma y de fondo, por parte de las autoridades, al hablar de ello. De cualquier  ideología y época, por supuesto.

            Los consejos que evitan violaciones, son los mismos que evitan otro tipo de agresión o de víctima. No pueden, ni deben ser sexistas, ni culpabilizar a las mujeres, responsabilizar a nuestra conducta, nuestra actitud, o nuestro aspecto de semejante salvajada. 

            Aunque una mujer fuera desnuda por la calle, aunque lleve horas coqueteando, ningún hombre tiene derecho a tocarla si ella dice no. Claro que,  un hombre, una persona, no lo haría. Lo hacen las bestias,  los animales.

            Que cerremos las cortinas, que  cuidemos el escote o el largo de las faldas de nuestras hijas, que llevemos bragas reforzadas con púas, o nos vistamos con burkas, no evita las violaciones.

            Son de agradecer consejos como evitar sitios solitarios de noche, o mirar alrededor antes de  meterse en el coche, en un aparcamiento solitario. Eso lo hago yo, y mi marido, mi padre y mi vecino, porque es tan sensato como no viajar hoy a  Liberia  o a Gaza.

            Pero la única forma de  prevenir violaciones, es  que ningún hombre se crea con derecho a usar a las mujeres, y eso se consigue  con políticas de igualdad y con educación, por parte de las autoridades.  De cualquier ideología o época, repito.

          Si no viésemos a gitanos y negros como distintos, no los trataríamos como lacra o amenaza. Si los hombre ven como iguales a las mujeres, no cabe relación de superioridad, de dominio. No se creen con derecho a  golpear, a poseer,  a violar.

           Por supuesto que hay dementes, tarados, enfermos  mentales que violan por falta de control de impulsos. Pero como dijo el infame alcalde malagueño, en España se producen miles de violaciones al año, y no hay tantos violadores dementes. La tarada es esta sociedad.

          Que varios hombres lleguen a ponerse de acuerdo para  usar, vejar y agredir a una mujer de la forma más humillante y dolorosa, es algo muy serio. Por no hablar del vouyerismo sádico  que alimenta la difusión de semejantes grabaciones en redes sociales. 

           La violación es un crimen atroz. Cierto que no arrebata la vida de la mujer, pero asesina su integridad, su autoestima, y mutila su relación con el sexo. A veces no deja huellas físicas, pero siempre desgarra el alma.

            Aterra imaginar  el pánico, la impotencia,  el dolor y la humillación por la que pasan esas mujeres,  que les sigue torturando  después, tanto si denuncian como si lo callan. Hasta el punto de que algunas  no lo superan nunca, sobre todo si no pueden pedir ayuda. Y ninguna lo olvida jamás.

            Una violación es un acto tan cruel que se usa como arma de guerra. Es una prueba de la irracionalidad humana, pesadilla de las mujeres y de los  hombres que las quieren. 

            Obviamente  es un tema que despierta discrepancias, matices y discusión, y no voy yo a encontrar la solución a corto plazo, pero pongamos nuestro granito de arena, protegiendo a nuestras hijas, empezando por hacerles comprender, a ellas y a ellos,  lo iguales que somos. Vamos a respetarnos de una vez.

domingo, 17 de agosto de 2014

LA VIDA LADRONA

             No me voy,  sigo aquí. Nunca me fui de mi casa, que es tu abrazo. La tengo, quizás, algo descuidada, y no  barro con frecuencia los rincones, ni perfumo las toallas, pero es que la vida me roba la vida, y no me alcanzan las horas del día para  los planes que brotan de  mis ganas.

             Mi color favorito sigue siendo el de tu piel en la penumbra; mi perfume, el que me dejas en las sábanas;  mi música, tu risa cuando es culpa mía.

             Una parte insignificante  de mí,  vagabundea siempre, porque así me quieres, libre. Mas el resto, vive en tu abrazo, que es mi casa mientras quieras tú.

              La vida nos roba la vida, pero no va a poder contigo y conmigo. Claro que, eso tú ya lo sabes...

domingo, 10 de agosto de 2014

A VER CÓMO LE EXPLICO...

               No suelo dejar que mis hijos vean los telediarios, porque sus imágenes a veces son más duras que las películas de mayores, pero tampoco  les puedo tener en una burbuja, y de vez en cuando, ven alguno. 

              Hace días, mi hija, de casi once años,  quedó impresionada con un reportaje sobre la guerra en Palestina, referido a la muerte de muchos niños. No entendía que en las guerras mueran aquellos que no son soldados.

             Me hizo un montón de preguntas, con muchos porqués,  y me di cuenta de lo poco que sé sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Leer noticias no me sirvió para aclararme, así que me puse manos a la obra tirando de historia...y en eso ando, escribiendo lo que he entendido, para sacar  conclusiones que explicarle.

            Había una vez un territorio, que hoy se disputan Israel y Palestina, localizado entre Asia y Africa, entre el Mediterraneo y el río Jordan. Estratégicamente es un premio gordo, pero  en la práctica es poco más que  algunas regiones medio  fértiles y desiertos. Vamos que la Tierra Prometida no es precisamente un vergel...y menos como la están dejando.

            Se sabe que los primeros que la habitaron llegaron hace 90.000 años desde  África, pero no fue hasta hace 40.000 que se estableció una población permanente.  Hacia el 4.000 a.c., existían ya ciudades grandes, como Gezar y Jericó,  y en torno al  2.000 a.c., la habitaban pueblos de lenguas semíticas, que dieron lugar a  fenicios, hebreos y cananeos. Más tarde, los filisteos se asentaron en la costa. 

            Total, que en torno al 1.000 a.c,  por la zona pululaban  fenicios, dedicados al comercio en el Mediterráneo, los filisteos en la costa, los cananeos en  las ciudades del interior, y los hebreos, que eran tribus de campesinos y pastores.  Esa es la época en la que, según la Biblia, Egipto esclavizó a los hebreos, y cuando fueron liberados por Moisés, agruparon sus tribus en un reino que llegó a conquistar Jerusalén, haciéndose fuerte bajo el mando del rey Saúl, y posteriormente David y Salomón. 
 
             Todos ellos os suenan  de las pelis.

             Una parte de aquel  reino  fue conquistada por los Babilonios, que en el 587 a.c. deportaron a los judíos en  lo que fue la primera Diáspora (que es cuando un grupo de población con características definidas, es expulsada de su territorio hacia otro, en el que coexisten  con la población indígena,  pero conservando su cultura, religión y rasgos).  Luego, los Persas conquistan Babilonia en el 579 a.c. y permiten a los  judíos volver a su región, entrando en conflicto con los residentes,  hasta afianzarse como autoridad en Jerusalén. 

              Pues todavía dura el mosqueo...

             Que yo entiendo que si a los judíos les prometieron una tierra, la pidan. Pero que después de tantos siglos, podrían haber llegado a un acuerdo,  ¿no? Que nosotros, a otra escala, pero también nos tragamos los recortes...

            Pues la cosa sigue, porque luego llegó  Alejandro Magno, y se sucedieron guerras varias, hasta que en el  63 a.c., Pompeyo de Roma conquista Jerusalén, dejando que durante un tiempo la gobierne Herodes y luego la hace provincia romana (esto os suena de las pelis esas en las que nace un niño que luego se hace melenas de izquierdas, como Pablo Iglesias, y  que lo matan en una cruz....Pablito, atento...que te llamas Iglesias, pero....).
 

            Los judíos, mosqueados por la ocupación romana, se revelan en el 70 y el 135 d.c, dando lugar a sendas  diásporas y a la fusión de Judea con  otras provincias romanas, formando Syria Palestina, que cuando los romanos dividen el Imperio, queda en el lado de oriente, hasta el 636 d.c., en que la conquistan los árabes y comienza el periodo en que Jerusalén es  musulmana. 

            Y empiezan entonces las Cruzadas, porque los  cristianos también se tenían que meter en todo, y del 1099 al 1187, Jerusalén es Cristiana, hasta que la reconquista el sultán Saladino (el malo de "El reino de los cielos"), y posteriormente  los Mamelucos egipcios y los turcos Otomanos en 1516. Estos se quedaron Palestina durante cuatro siglos, en los que fue habitada por cristianos y  musulmanes, y una pequeña proporción de judíos, muy influyente, a pesar de minoritarios. Al final de este periodo aparecen las corrientes del pensamiento sionista,  que defendían el derecho de Israel a formar una nación con territorio propio.

            Hasta aquí, es fácil. Lo complicado empieza con la Primera Guerra Mundial. En 1914, el imperio Otomano decide meterse en la guerra. Gran Bretaña, de vocación lianta, ve entonces en el movimiento sionista un aliado contra los Otomanos y se declara abiertamente afín a la causa del pueblo judío. Así que, cuando vencen a los  Otomanos,  se quedan gobernando  la región, en forma de Mandato de  la Sociedad de Naciones, durante 30 años, en los cuales se permitió la inmigración judía hacia Palestina de forma masiva, que a través de sociedades prosionistas, compraron tierras para construir  viviendas, escuelas y hospitales para los judíos recién llegados, en el afán de formar  una nación judía. Pero en Palestina.

            Los árabes, mucho menos organizados, y sin un plan ambicioso como el judío,  fueron perdiendo terreno e influencia, y la región fue ganando en enfrentamientos y hostilidad. Por aquello de  que "de la calle vendrá,  y de mi casa me echará"....


            En 1929, la matanza de Hebrón fue el colmo de los enfrentamientos previos, provocando que los británicos  reconsiderasen la situación, y decidieran limitar el numero de judíos que podían volver a Palestina, mosqueándolos, claro. Pero la cosa quedó en eso, hasta que  llegó Hitler. El que faltaba. 

            El antisemitismo declarado  en Alemania y Rumanía incrementó exponencialmente la llegada de judíos a Palestina, provocando la Revuelta Árabe  del 1936, que se intentó resolver por una Comisión internacional que dedujo, listos ellos, que judíos y musulmanes no podían convivir, y que habría que dividir la zona en dos estados. Pero igual que le pasó a Salomón,  las partes no estaban de acuerdo,  y las dos querían el niño entero...

            Los británicos, viendo la que iba a liar Hitler, pensaron que sería bueno llevarse bien con los  musulmanes, así que, semanas antes de la Segunda Guerra Mundial,  firmaron el Libro Blanco, que determinaba que en el plazo de diez años, Palestina se convertiría en una nación  independiente de la Sociedad de Naciones, gobernada en común por árabes y judíos, pero limitando la inmigración judía a 75.000 anuales, previa autorización árabe, lo que en la práctica suponía cerrar la fronteras a los que huían desde Europa. 

           Cuando, además,  el líder árabe palestino se alió con Hitler, mandando incluso tropas  para que se unieran a las SS, la causa palestina quedó obviamente relacionada con el régimen nazi. 

           El impedimento por parte de las autoridades palestinas, con ayuda de los británicos, para que los judíos se refugiaran allí, huyendo del holocausto,  confirmó la creencia de   los judíos de que solo estarían a salvo en  un estado propio, que comenzaron a fraguar comprando y fabricando armas, con las que se enfrentaron durante años, a palestinos y  británicos, hasta que, en 1947, Naciones Unidas aprobó en Plan de Partición de Palestina  en dos estados, uno árabe y otro judío, de distribución absurda y desorganizada, con territorios del mismo bando incomunicados entre sí, y con Jerusalén separada de las dos, en un reducto bajo el mandato de Naciones Unidas. 

            Los judíos aceptaron, pero los árabes no. Así que, al día siguiente de irse los británicos, cuando Israel  se declara, en 1948, estado independiente, los países árabes circundantes (Libano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto) se unen a Palestina y declaran la guerra a Israel. 

           Lo que sigue ya es una maraña indescifrable para mí, un enredo de intereses de diferentes países que  implican alianzas económicas y  estratégicas de lo más enrevesado, con guerras, atentados, resoluciones de la ONU, conquistas y desconquistas, con ejércitos desiguales, unas veces de un bando y otras de otro, complicadas con disidencias dentro de las propias alianzas. En fin, todo lo que el hombre es capaz de hacer mal, en el mismo embrollo.

          Tanto palestinos como judíos han sido ofendidos y atacados durante siglos. Ambos bandos han cometido atrocidades, y han ideado formas de guerra y terror fuera de toda lógica. Han rechazado una tras otra las soluciones  de paz surgidas de las inútiles y torpes intervenciones internacionales, que no han solucionado el conflicto, porque nunca les ha convenido a todos.

          Personalmente pienso que esto no tendrá fin hasta que uno de los dos aniquile hasta el ultimo de los habitantes del otro, demostrando lo irracional de nuestra especie; dejamos que dos de nuestros hermanos se devoren, porque igual  nos quedamos un trozo de la herencia, sin ver que el que gane nos puede llevar por delante a los demás. 

          A todo esto, la razón esgrimida por radicales de ambos bandos es el mandato divino de dos libros, el Corán y la Torah, que siguen las leyes de dos dioses,  y que, perdonen la blasfemia, pero se parecen demasiado a la Biblia de los cristianos, que también han masacrado lo suyo en nombre de Dios.

          El mundo se sigue moviendo al son de  religiones monoteístas, regidas por libros sagrados, que a mí cada vez se me parecen más, sobre todo en sus errores.

           A ver si soy capaz de explicarle tooooodo esto a mi niña, y de paso la convenzo de que siga viviendo atea... 

           Obviamente también le diré que lo que hace  ahora Israel con los palestinos es una masacre, que una guerra lo es cuando se enfrentan dos ejércitos,  y Palestina no lo tiene. Que matar niños, como ella vio en la tele,  es un holocausto asimilable al que sufrieron ellos. Que no tengo noción de ningún pueblo  cuyas víctimas, hayan sido tan reconocidas, lloradas y sentidas como las suyas, y que ninguno ha visto tan respetado su dolor, como el judío por las víctimas del holocausto. Pero lo que hacen ahora los desmerece. Deshonran a sus muertos.

          A ver si soy capaz de  explicárselo.

















domingo, 3 de agosto de 2014

TORMENTA SOLAR

                Por los mentideros virtuales, que malsustituyen a los periódicos y a los locutores de radio, se viene anunciando un cataclismo, un armaguedón, un fin del mundo....Otro.

               Los Nostradamus modernos, auguran una tormenta solar perfecta para dentro de 10 años, que será más bien tormento para los que pensamos llegar. 

               Predicen que enloquecerán  vientos, temperaturas y  mareas, casi tanto como yo por ti. Fallarán los móviles, ordenadores y sistemas de comunicación varios, de los que,  por entonces, dependeremos más que del agua.

              Así que pienso, cielo, que es obligación más que deseo, aprovechar los años que nos quedan para querernos, de pensamiento y obra,  sin omisión. Hacer de la vida empeño,  más que  suerte, y dignificar su fin a base de besos, sonrisas y abrazos. 

              Quiero que tengas prisa,  sin miedo a nada que no sea no haberme querido poco, y que podamos redondear la fortuna de nuestras vidas llenas, desgastando, antes del holocausto, la parcela de tu corazón que me pertenece, para que las llamas del averno, o del sol desbocado, consuman un amor muy usado, del que apenas queden besos por dar. Que nos pille con el depósito en reserva y la cuenta en números rojos, porque sería muy triste que se acabe la fiesta y queden botellas sin abrir, de este vino excelente que hemos criado a base de años.

             Pues eso, cielo. Que me quieras. Ya.