
Los años que cumple su hermana nos acercan a la vida adulta, y los que cumple él, nos alejan de la niñez, y esa puerta cuesta cerrarla, porque la estamos disfrutando de veras.
Pero los grises se van cuando lo miro. Mucho se tiene que torcer la cosa para que no sea un gran hombre. Por supuesto no hay, ni habrá, ninguno más guapo y apuesto que él, pero además es noble, inteligente, valiente, cariñoso, y divertido. Me besa y me achucha con una ternura y tanta verdad, que no dudo que será el hombre de mi vida, y que me voy a morir de celos cuando tenga novia.
Con sólo 10 años, me da lecciones de entereza y coraje, ante las pruebas que le ha puesto la vida, que ya han sido algunas.

Te queremos infinito, cariño. ¡Que la fuerza te acompañe...!
Lucía, Papá y Mamá.