sábado, 28 de diciembre de 2024

LÁGRIMAS SECAS

             

            Llorar sin lágrimas es una trampa, una argucia del cuerpo. Te engañas pensando que duele menos si no las derramas, pero se evaporan, se convierten en aire, y te vacías de las canalladas de la vida en forma de suspiros almacenados en el mediastino, mucho más discretos, inesperados, casi desapercibidos para los demás, que se escapan imprudentes violentando tu supuesta paz. Recordándote que están ahí, que no los puedes apartar con un pañuelo.

            Pero el aire seca las entrañas tanto como el exceso de lágrimas y el cuerpo se vuelve traidor a los sentimientos, al mismo tiempo que cómplice de nuestra huida. Los suspiros son lágrimas secas.