viernes, 17 de mayo de 2019
ACHUCHONES TE DEBO
Setenta y cuatro años muy bien llevados, madre.
Dice el dicho, valga la redundancia, que si quieres saber como será tu mujer de mayor, te fijes en tu suegra. Si eso es así, te voy a empezar a usar como reclamo ante mis futuribles.
Con casi tres cuartos de siglo, y muy cerca yo del medio, a menudo aparece un gesto o un rasgo tuyo cuando me miro al espejo, o me parece escucharte cuando les hablo a mis hijos, y cada vez soy más consciente de tu valía, del papel que has jugado, y aún juegas, en nuestra familia, porque no te dejamos jubilarte. Es más, en vez de dejarte descansar, te hemos ascendido a abuela. Abusamos de tu tiempo y disponibilidad, y tú nos lo castigas con besos.
Los achuchones que no puedo darte hoy, por cosas de la vida, te los guardo para la próxima ocasión, y aunque sé por experiencia que las madres no necesitamos que se nos agradezca, a los hijos se nos olvida a menudo deciros cuanto os queremos, y lo afortunados que somos los que tenemos una madre como tú.
Te quiero, vieji. Sigue cumpliendo muchos, aunque sólo sea por capricho mio.
Besos mil.
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