martes, 23 de noviembre de 2021

MAYOR DE EDAD.

                      Hace 18 años que te parí, y sólo unos minutos después, comprendí que eras tú la que me daba una vida nueva, mucho más emocionante y bonita. Criarte ha sido un privilegio, del que sigo disfrutando, un continuo enamorarme de la persona que eres, y la prueba de que el amor incondicional existe. A mí me ha pasado dos veces. 

                       Te has convertido en una persona grande, inteligente y leal, de corazón enorme, con su correspondiente carcasa, a la que  le vas poniendo puertas y ventanas. Defensora valiente de tus batallas, perdidas o no, y empática dispersa.  Has logrado metas  que aún no aprecias, a base de tesón, de las que presumimos más tus padres que tú. Eres más fuerte de lo que crees, y la lucidez de tus convicciones suele asombrarme.

                       Mimosa y dulce hasta la diabetes, tu sonrisa me alegra el día y una sola lágrima tuya, inunda mis ojos, aunque también manejas la fábrica de rayos de tu mirada y el dardo de tus palabras, si tienes que defenderte. Digna descendiente.

                       Te quiero de una forma que nadie salvo tu hermano ha podido igualar, y a modo de sincera advertencia, te aviso de que siempre serás mi niña, y que tu felicidad es fundamental para la mía. 


                       Feliz cumpleaños, cariño.

                       Mamá.

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