jueves, 30 de marzo de 2023

CORAZÓN HIPOTECADO

             Jamás temí ser presa de mis palabras, porque cuentan el mismo discurso que mis ojos y mis manos, aunque bien es cierto  que pagué a veces el precio de contar demasiadas  verdades, como ahora, cuando la crisis mundial incrementa los costes de la vida, y me pilla con el corazón hipotecado.

             No soy desconfiada, probablemente por pereza emocional, pero en mi banco no me explican  el contrato, no me cuentan las condiciones, ni los intereses, ni las cuotas a pagar. Todo parece materia reservada, confidencial, protección de datos. 

             Cierto es que la verdad os hará libres, pero al parecer cotiza  bajo, y aunque entiendo el riesgo que supone para conservadores con hipoteca  a plazo fijo, en  tiempos convulsos, confío plenamente en el valor de mis activos y en su previsible progresión al  alza indefinida.

             
             Por eso necesito una propuesta clara, sin tapujos, con  previsión de perdidas y ganancias, porque ya me pesa la hipoteca.

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