viernes, 24 de octubre de 2014

SÁBANAS SIN ARRUGAR

                     Las sábanas blancas del hotel, no se han arrugado en tu mitad de la cama. Y no es porque hiciera frio y te me hayas pegado, ni porque nuestros empeños amorosos hayan sido más tranquilos de lo habitual. Esta vez están desoladamente lisas las sábanas, porque tú no viniste conmigo.

                     Así que me he desnudado, sin metáforas, para escribirte sobre ellas, para arrugarlas y castigar tu ausencia. Pero me ha salido el tiro por la culata, porque serpentear mi desnudez por las sábanas, me agudiza la abstinencia de tus manos, que hoy no me acarician, ni se pierden por mis rincones, ni tiran de mis tobillos para acercarme al borde, ni sujetan las mias para que te deje hacerme...cosquillas...y lo demás.

                     Esta noche, los cuadrantes de plumas servirán para incorporarme mientras leo mi novela de mayores, pero no para recostar mi espalda en el ángulo que mejor acerca nuestros...labios.

                    Lástima de ganas desperdiciadas, de piel esperándote, de calorcito. Lástima de seis metros cuadrados de sábanas, tres de ellos vírgenes.

                   Habrá que vengar esta afrenta de la vida. Te viene bien mañana, en nuestra cama? Pues nos vemos en la estación. No hace falta que traigas flores.

                   Buenas noches....

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