
Otra razón, sin duda, de este apoyo unánime es la tragedia que supone que tamaña enfermedad te arrebate una madre, hija o hermana. Ciertamente, pienso que el papel de las mujeres en las familias, que en multitud de ocasiones perjudica nuestra individualidad, nos favorece en este tema, porque el miedo a perdernos aumenta la sensibilización ante un problema predominantemente femenino, sin olvidar que los hombres también tienen mamas, y sus mamas también tienen cánceres.
Reaccionamos cuando nos atacan donde duele, y las mujeres dolemos mucho en esta sociedad, todavía tan de hombres.
No creo que quede nada original por decir sobre el cáncer de mama, sobre prevenir y detectar a tiempo, y la lucha que supone para enferm@s y familiares, pero sé lo que duele perder una hermana por culpa de este asesino silencioso, y no quería dejar pasar el día sin recordarle al mundo que la sigo echando de menos cada día. Hoy, mi lazo rosa han sido el pañuelo de flores que heredé de ella, y estas letras, que le dedico salpicadas de suspiros, alguna lágrima.
Besos mil, estés dónde estés.
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