domingo, 13 de noviembre de 2016

CUATRO AÑOS SIN VELAS

                            La vida nunca es suficientemente larga. Lo sé, porque lucho a diario contra la muerte, y las únicas personas que la buscan son las que sufren tanto, que no les compensa pelear por los sueños que les quedan. Pero al que no sufre, nunca le resulta suficiente. Siempre les parece corta la vida. 
                            
                            La tuya fue cortísima. Hoy habrías cumplido 38, pero llevas cuatro sin soplar las velas. 

                            Sigues siendo el mejor ejemplo de vida, de fortaleza, y  de bien hacer del que puedo hablarle a mis niños, tus sobrinos, y tu sonrisa, el recuerdo al que invocar en tantas ocasiones. 

                            La puñetera casualidad ha querido que hoy llegase a mí la noticia de que los médicos que te trataron están avanzando en la lucha contra el cáncer que te llevó, y que tu caso, maldita sea, fue uno de los de su cohorte de estudio,  que probablemente ayude a  salvar la vida, entre otros, de tu madre, alguna de tus primas, y quien sabe de cuantas más.

                            No nos sirve de consuelo, porque no vas a volver, pero seguro que su avance te habría gustado como regalo de cumpleaños.

                            Hoy, como todos los 13 de noviembre, y todos los demás días del año, te echamos de menos. Pero eso seguro que lo sabes. 

                            Besos mil, Pandora.

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