domingo, 17 de abril de 2022

ILUSIONANTE

           Ser la alegría de sus caderas, la intención de sus ojos y la caricia para sus manos es una posibilidad a tener en cuenta, si aceptamos que la vida son cuatro días y tres ya pasaron, como dijo Pau Donés. Por la misma razón, si se alarga, hay que plantearse con quien envejecer.

           En esta era de  desechables, caducidades y obsolescencias, las relaciones largas son complicadas, y las larguísimas, rara avis. Sé lo que me digo: me enamoré "para siempre" a los 16,  sin saber que significaba "29 años y pico, 2 hijos y la hipoteca a medias". Pero se van las nubes, la vida sigue y recuperas ilusiones y planes, sólo que la persona con la que envejecer resulta ser otra...o ninguna.

           Esta situación merece todo tipo de  juicios según el punto de vista de cada cual, desde la lógica constructiva de las personas que terminan la relación que ya no les funciona...a los que piensan que es una frivolidad, que ahora no se aguanta nada y no se le da valor a intentar arreglar las cosas. Todas me merecen respeto, hasta la mía.

           Sigo creyendo en las relaciones a largo plazo y con planes de para siempre, porque valoro mucho el compromiso de vida común de las parejas, pero llegué a la convicción de que el límite es la ilusión por amar al otro, más vinculante, incluso, que el amor, en cualquiera de sus acepciones y matices. Porque aguantar a ver que pasa, te mata por dentro y te envejece. 

           No disertaré sobre lo que dura la pasión, ni acerca de los valores incontestables del amor maduro, porque son obviedades. Pero pienso que para que merezca la pena y la alegría mantener una relación cuando la duda es devastadora, hay que preguntarse si quieres envejecer con tu pareja. Cuando llegamos a ciertas décadas, la compañía para el futuro tiene que ser apetecible e ilusionante. Cada cual sabe sus motivos.

           Hace unos días leí la frase que me hizo meditar sobre  todo esto. Decía que si el futuro no te entusiasma, vives el presente equivocado, y tu lugar, probablemente, esté donde vas cuando sueñas despierto. Yo lo subscribo. Y algunos de vosotros sabéis por qué lo digo.

1 comentario:

Juan dijo...

Interesante. Habrá que ponerse a pensar en eso.

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