Te desarrollas de forma diferente desde que respiran, personal y socialmente. Adquieres, si la sabes ver, la capacidad de discernir entre el bien y el mal, propio y ajeno, y la importancia real del tiempo, de los afectos, del amor, de la amistad y de las decisiones. Porque ahora, tu hijo es tu follower.
Desde que tienen uso de razón, no les influye lo que les cuentas, sino lo que haces, y si son listos, evitarán tomar las decisiones que vieron que a ti no te hicieron feliz.
Yo, que no puedo dejarles bienes materiales a menos que me toque el premio gordo de algo, trato de que aprendan que la vida es una y corta, y que todos cometemos errores, y por eso deben elegir con cuidado el lugar donde vivir, el trabajo que les mantenga, el sitio de su recreo, y la persona a su lado que les enamore y les haga sonreír la mayor parte del tiempo. Y que sean libres de cambiarlos si se les seca la sonrisa. La única premisa al respecto es evitar el dolo en sus intenciones, porque todos erramos y hacemos daño, pero el dolo es imperdonable.
Yo me di cuenta a tiempo, gracias al amor a mis hijos, y si consigo que lo entiendan antes que yo, mi legado será culpable de las sonrisas que arruguen mi cara.
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