
Contigo, he aprendido que renunciar puede salvarme, que rendirme puede ser un paso adelante, y que el asedio se torna inútil, cuando no hay voluntad de abrir las puertas.
Bien sabes que mi camino no es feliz, porque no sales a mi encuentro, y que ignoro si tendrá final, porque nunca dependió de mí.
Pero la capitulación es incondicional. Retiro mis tropas, fin de la batalla.
Arrasaste todo.
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