martes, 18 de noviembre de 2014

BUFANDAS

                           Soy tan feliz que no sé qué voy a inventar mañana para seguir siéndolo. Tanto, que me duelen los días buscando lo que me falta, sin estar segura de añorar algo. 

                           Te quiero tanto,  y valoro tanto tu forma de quererme, que no sé que más pedirte, y te exijo caprichos absurdos, de los que me arrepiento al instante. No quiero empañar lo nuestro. Me parece tan sólido que roza la irrealidad,  y en lugar de disfrutar de su placidez, busco  grietas  donde no las hay.

                           Gasto horas pensando qué hacer con mis ratos vacíos, redondeando la estupidez. Me puede la inercia del no ser, del no hacer. He perdido la fuerza, el impulso. He empezado decenas de bufandas y no he terminado ninguna, y a punto está de llegar el invierno.

                           Estoy desorientada. Vamos en un carro de dos caballos,  y el mio no me hace caso. Camino contigo, pero no a tu paso, y cuando oteas vigilando la ruta, pienso que miras para otro lado, porque no quieres mirar conmigo. Siento que  ves las piedras de tu lado del camino, pero no los baches del mio.

                           He caído en el egoísmo, en la certeza de ser el ombligo de tu mundo, y de algunos más. Pero mis complejos no se vencen desde fuera, ni con tiritas y cada cierto tiempo se me clavan en los talones del alma,  y sacan lo peor de mí.

                           Ahora mismo,  no tengo muy claro lo que digo, pero  tengo una tormenta de ideas malas en mi cabeza y, triste,  la única forma que encuentro de aliviar la presión, es escribirlo. Nuevamente, has sido tú el que supo abrirme una  puerta para que no explote. ¿Podrás creer que he intentado llorar y no me sale? Con lo que yo he sido...

                           Me gusta tanto que tú y yo no seamos uno, que he llegado a sentir que lo somos. Y ahora me da vértigo aflojar  la mano que me das. Como si alguna vez me la hubieras soltado....!

                           Quiero dormir. Quiero dejar de pensar. Quiero terminar las bufandas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario