martes, 17 de marzo de 2015

PODEMOS

           Podemos... ¿Debemos? ¿Queremos? ¿Haremos?¿Confiaremos? ¿Erraremos? ¿Acertaremos?

           Estamos acabando esta legislatura horrible en medio de tamaña vorágine  de desempleo, desahucios, primas de riesgo, hijos  emigrantes y padres pensionistas mantenedores, corrupción, corrupción, corrupción....pues tú más,  rescates bancarios, secuestros de libertades, recortes en sanidad y educación, brotes  verdes podridos, desesperación, empobrecimiento, clase media desclasificada, comedores sociales, hambre, hambre, hambre....SED! 

            Lo que tenemos los españolitos de a pie, los que estamos pagando la crisis es sed de justicia, de igualdad, de coherencia social y de Democracia. Nos hace falta que ganen los buenos, los honestos,  los limpios. Que aparezca el hada de Cenicienta, el primo de Zumosol, la penicilina,  o Elliot Ness, alguien que escamonde y ponga en valor el sistema, que perpetre un golpe de democracia y acabe con el rufianismo indolente, imperante, e  intocable.

            Queremos trabajo digno para pagar impuestos justos, enfermar sin miedo, estudiar con ilusión. Ir al banco  sin que ten engañen, confiar en las instituciones, en sus funcionarios, tener la convicción de vivir en sociedad,  no en una selva.

             Desde hace algún tiempo, aparecen aguadores  nuevos para esta sed, y empezamos a tomar en serio a un grupo de  medio locos con buenas ideas, con buena intención, con ganas de arreglarnos. Y sin creérnoslo mucho, fuimos dando su sitio a políticas abiertas, consensuadas a mano alzada, una persona, un voto... que se han convertido,  a día de hoy en una opción más que seria. 

             El problema de una sed intensa es que deshidrata, y provoca alucinaciones,  y terminamos viendo lo que queremos ver donde no existe, y adivinamos fantasmas donde tampoco los hay. Igualmente, los que quieren seguir como estamos, manipulan esas ilusiones, esos cantos de sirena, y los presentan como pesadillas,  como aullidos de lobos infernales. 

             Para mí,  y supongo que para muchos, Podemos es una incógnita. Soy consciente de la revolución social que supondría que las cosas dejaran de hacerse de la forma establecida, y quiero ese cambio, pero no acabo de ver cómo pretenden hacerlo, y hasta dónde quieren llegar. 

              Miren ustedes, yo soy de izquierdas, pero no comunista. No creo en ningún tipo de comunismo.  El ser humano tiene una característica diferencial, el raciocinio,  que nos hace a cada uno, único y diferente  entre los demás. Ningún humano piensa, ni vive, ni siente como el otro, y, gracias a ello, nos hemos enfrentado desde el origen de los tiempos, pero también a base de hechos diferenciales hemos avanzado en el conocimiento, y  evolucionado como especie. Por lo que cualquier filosofía o idea que tienda a unificarnos, que nos obligue a ser iguales en todos y cada uno de los aspectos de nuestra existencia, es contra natura. Lo único en que debemos ser iguales es en derechos, deberes y oportunidades. Nada más.  Y sobre todo, nada menos.

              Que el comunismo es una utopía lo sabe hasta Mao. Usando un bulo que ha recorrido las redes, no me conformo  con cobrar como médico el mismo sueldo que un celador.  Mi Licenciatura de seis años, la posterior especialidad y el esfuerzo que supone conseguirlas, así como la responsabilidad con que cargo en mi trabajo, merecen una remuneración  que lo recompense,  y no puede ser la misma que la de un celador o un barrendero, trabajos ambos  muy respetables y necesarios para la sociedad, pero que requieren una formación y responsabilidad a años luz de la del médico. Desde  el más profundo respeto. 

              Sin embargo, esta diferencia nunca deberá suponer un detrimento en su derecho  a ser atendidos con la misma calidad asistencial que yo cuando  precisen un médico,  ni que sus hijos tengan menos oportunidades que los míos para formarse. Y para conseguir ésto, sí hay que  ponerse en modo comunista.

               Poner negro sobre blanco mis pensamientos, no es más que un vano intento de dilucidar mi propia intención de voto, de decidir si merece la pena probar, si merece la pena quedarse, si hay realmente alguna opción fiable, alguna apuesta segura.  No estoy ni siguiera indecisa, sino preocupada porque no encuentro ninguna propuesta por la que decidirme, y el voto en blanco  siempre me pareció una irresponsabilidad. 

              Que los hados me iluminen...(siempre que no sean comunistas,  ni de derechas....)



2 comentarios:

Unknown dijo...

Ok de acuerdo contigo pero que no gane la derechona ni se unan PP Y PSOE Para frenar a PODEMOS que por otra parte Bienvenidos sean

Yo no soy sonsi dijo...

Me quedo con la primera parte de la frase. La segunda no me la acabo de tragar. Pero eso lo arreglamos en la Feria.

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