Como médico, tengo una idea de cómo funcionan muchos de estos enemigos invisibles, soy consciente de lo que llegan a hacer, y del enorme trabajo que hay detrás de los remedios encontrados para cada uno de ellos. Y éste, repito, es una cabra macho muy, muy grande. Sigo pensando que si fuera republicano, en vez de corona, no lo sería tanto...

Pero luego, el muy ladino, empezó a hacer cosas raras, y a descolocar a quienes lo combaten. Demasiado contagioso, demasiado esquivo, demasiado desconocido, demasiado imprevisible. Empezó a matar a gente que teóricamente no es grupo de riesgo, y los mata(nos mata) con muy mala baba, provocando unas neumonías casi silentes, muy difíciles de diagnosticar hasta que es imparable, que cursan con mucha gravedad, y que mata asfixiando. Pero es que, además, ahora sabemos que provoca daños cardíacos, renales, digestivos...y seguimos sumando.
Eso sí... no sabe el cornudo rabioso dónde se ha metido. Ha conseguido él solito poner de acuerdo a miles de millones de personas. No en todo, evidentemente, que los humanos ante las crisis, nos deshumanizamos un poco, y algunos se despistan... Pero en general, filtrando un poco las noticias, y haciendo luz de gas a las mentes falsas o malintencionadas, nos encontramos con un drama enorme, globalizado, y con un frente de batalla singular, unido como nunca en la historia se vio: una corriente de colaboración y solidaridad como, al menos yo, nunca imaginé.
No creo que haya existido ningún microorganismo en cuyo estudio se haya invertido tanto, a nivel económico y de esfuerzo científico, en tan poco tiempo y de forma tan colaborativa. Y eso va a tener recompensa de la buena.

Suerte a todos. Espero veros al final, y compartir un abrazo, también globalizado.
Salud y paciencia.
2 comentarios:
Estoy seguro que será así. Aparte del abrazo una cerveza no vendría mal. Y si nos hará más humanos y mejores. A todos
El abrazo incluye cerveza y tapa
Publicar un comentario