No es lo mismo besar que dar besos.
Besando regalas esquirlas del alma, y derramas en su boca los alientos de tu adentro.
Acompasas la caricia de los labios con la del corazón, y cierras los ojos de ver, para mirar con los de quererse.
Yo recibo sus besos con cariño, y me los guardo en mi cajita de tesoros. Pero sueño con el improbable día en que vuelva a besarme.
Ojalá ocurra cuando todavía me importe.
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