miércoles, 30 de abril de 2014

IMPORTARTE

            Importarte. Me dices que te importo, como quien regala. ¿Qué importa que te importe, cuando importarte no es importante  para mí.?

            Importarte sería importante si le dieras importancia a mis besos,  a las cosas que me pasan, a lo que pienso, y siento. Si mis importancias  fueran importantes para ti. Porque cuando te importan las importancias de  alguien, ese alguien se siente importante. Y yo no lo siento. Siento que te importo tanto como la literatura, los amaneceres, o  un desayuno equilibrado. La vida es mejor con ellos, pero no los precisas para respirar. 

            Tanto te importo, que esta reclamación quedará como las otras, sin contestar, y me volveré a sentir como quien va invitada a una boda para completar una mesa coja. Así de importante y desechable.

            Hasta ayer, me importaba cansarte con mis insistencias,  enfadarte con mis decepciones. Pero no  puedo seguir disfrazada, porque comprendí, a base de nudos en la garganta, que no te importa.

           Y me importa dolorosamente que no veas nuestra importante distancia. O que no te importe hacerlo. 

           No quiero importarte. Quiero que me quieras y que te importe que yo lo sienta. Pero eres incapaz de invitarme a un rincón importante de tu vida.




No hay comentarios:

Publicar un comentario