sábado, 12 de marzo de 2022

DISCREPO

           Discrepo de memeces como que lo que no te mata te hace más fuerte, no hay mal que por bien no venga, que para apreciar la felicidad hay que sufrir primero o que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Memeces.


          Soy primogénita, mujer, cincuentañera, estudié una carrera de las largas, médico de la sanidad pública en pandemia, casada muchos años, tengo dos hijos, y sigo yendo a la misma peluquería desde hace 20 abriles, aunque se empeñen en ponerme rubia (love, David). Por todo ello soy experta en responsabilidad, renuncia, compromiso y lealtad, y convencida de que son una puñetera necesidad para el equilibrio de la tribu...pero no para la dicha personal.

          Estas mordazas ciñen nuestra conducta, siendo una herramienta indispensable para conservar la salud mental y educarnos en tolerar las frustraciones, pero castran al individuo, pisotean el ello freudiano en beneficio del superyo, generando yoes que repiten mantras intragables, pero calmantes, como jarabes amargos: detrás de la tormenta llega la calma, la vida te devuelve lo que das, siempre hay un roto para un descosido...memeces. 

          Miente Sabina cuando dice que hasta los huesos sólo calan los besos que no has dado, y Platón con su idea del amor perfecto. Ninguno besó en condiciones.

          Así que discrepo. Yo habría sido igual de feliz sin las piedras en el camino y los disgustos. La vida es muy corta y la supervivencia dura. Si le quitamos la ilusión, la abaratamos.

          Así que una vez pataleado mi sentir...sigo peleándome con la suerte, y pagando el precio de la vida.

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