jueves, 31 de marzo de 2022

VIAS DE AGUA

              Ambos sabían que el azar los cruzó a destiempo, pero él pensaba que  demasiado tarde, porque  andaba entonces embarcado con rumbo fijo, y ella sabía que demasiado pronto, porque había reconocido las brechas  del barco, iguales a las del que ella había tenido que abandonar para no ahogarse.

              Todo dependía de que él decidiera si quería mantener su destino, confiando en que las mareas y las tormentas no  terminasen de abrir vías de agua lejos de ningún puerto, o cambiar de barco y de rumbo. 

             
             Ella desconocía con qué calafates contaba él, así que siguió en su barquita, deseando de corazón que el barco no se hundiera,  pero con el secreto anhelo de que él se bajara en el mismo puerto que ella. 

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