Compraba cupones de tanto en cuando, soñando mejorar sus vidas recorriendo el mundo junto a él, que le regañaba argumentando que no gastase en vano, que afortunado en el juego, desgraciado en amores, así que no les podía tocar... Desde que se fue juega a diario un solitario de naipes. Siempre pierde, por eso sabe que la sigue queriendo allá donde sea que calle.
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