sábado, 4 de enero de 2025

TEORIZANDO

             Tengo la teoría de que los sentimientos deben metabolizarse para ser al alma lo que el azúcar a las células, para que no se acumulen donde no deben, obstruyendo las venas, dañando el corazón, el cerebro y los ojos.

             Aquellos que los reprimen, los ocultan o reniegan de ellos, que no consumen sentimientos a besos, y caricias, que no los pregonan por las alamedas y los callejones, son como los diabéticos  que comen bombones a escondidas y a deshoras, y luego, puede que arrepentidos, verduras hervidas durante días, y a ratos se castigan con largas caminatas que no evitan pasar por la confitería, para, al menos, mirar de soslayo las palmeras de chocolate.

            Pero la culpa no es insulina, y mi teoría resulta tan errónea como los significados que atribuyo en mis relatos a los  besos y caricias ajenos, confundiendo fantasía, realidad y propiedad.

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