Claro que vas a cansarte, cielo. No lo dudes.
Dicen que la distancia es el olvido, la donna è mobile y el corazón del hombre inconstante. Y esta historia de citas potenciales, promesas sin fecha entre ladrones de tiempo y besos, agota los corazones y la paciencia, y te hartas de la dieta.
Porque los colores se destiñen con el tiempo, las flores se agostan y tú y yo entendemos de amores, y peinamos canas para entender de silencios que lo dicen todo, de acordarte de olvidar y de tesoros del corazón.
Claro que vas a cansarte, cielo. Pero olvidarme, nunca. De eso me encargo yo.
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