miércoles, 25 de marzo de 2020

A TORO PASADO

         Escribo este miércoles, segundo de la cuarentena, desde el hastío. Y llevamos 10 días. 

         Mi disgusto no es por el confinamiento . Lo llevo bastante bien, porque siendo médico entiendo perfectamente su valor, y porque no soy persona que se aburra sola.  Conservo mi trabajo, que me permite estar tranquila porque podré comer y pagar mis deudas el mes que viene (salvo catástrofe),manteniendo la rutina de vestirme todos los días para salir a la calle, aunque sea sólo el trayecto a mi centro de salud. Parece una tontería, pero hay personas muy inquietas y con problemas psíquicos que lo están pasando fatal.

          Mi tedio se debe a la sobredosis de desinformación, de mentiras, de opiniones malintencionadas, de los buitres informativos que manipulan a las masas en su momento más sensible, usando técnicas propagandísticas bélicas. Medias verdades, desinformación y bulos, de derecha a izquierda y viceversa, derramando angustia, crispación y alarma sobre la población en pleno terremoto.

          No fomentemos el caos y el pánico, por favor.

          No voy  ponerme de lado, por supuesto. Todo el que me lea sabe que soy de izquierdas, y, evidentemente, voté a la posibilidad de un gobierno tal, y me alegro de haberlo conseguido. Pero no voy a defender que es el ideal y que lo están haciendo bien. Claro que no. Han cometido errores garrafales, y de sus decisiones dependen la vida o muerte de muchos. Pero prefiero una gestión de izquierdas  en situaciones en las que dependemos del acceso universal  e igualitario a ciertos servicios. Serán mis ideales, pero me dan más confianza. 

          Claro que hacen poco, insuficiente y a destiempo. Yo tengo contadas las mascarillas y no tengo EPI. Soy consciente sin remedio. Pero no creo que nadie quisiera estar en el pellejo del gobierno hoy en día. Ni siquiera los que peleaban por sus sillones. Tienen una responsabilidad ingente, y la tarea, encomendada por la mayoría, les supera. Aprovecho para recordar que están ahí porque los votamos, pese a quien pese, y eso merece respeto. Y cada error, cada fallecido de más, cada penuria del personal esencial, y de cada familia, va a pesar sobre sus conciencias. En el pecado llevan su penitencia, que de eso no se libra nadie. Igual que nadie, en ningún país del mundo, estaba preparado para gestionar algo así. Estamos improvisando  todos, desde Sánchez a Trump, desde China a Méjico, desde Italia a Rusia. Cada cual  comete sus fallos y maneja sus medios con mejor o peor acierto. Pero repito que prefiero los errores de Sánchez e Iglesias a los de Trump o Johnson. O sus afines.

          Lo único que pido, desde la trinchera de este problema,  es bajar el umbral de conflicto. Vamos a sumar. Vamos a hablar de lo que se hace bien.  Ya habrá tiempo, a toro pasado, de reclamar, de analizar y de exigir responsabilidades. Y de que los responsables paguen sus culpas. Todos. Por todo y por todos. Pero vamos a calmarnos, que eso también es patriotismo de bandera. 

2 comentarios:

Juan dijo...

Uufff que ganas de volver a verte. Que de cosas tenemos que hablar sobre ideales. Pero como tu dices despues y a toro pasado

Yo no soy sonsi dijo...

No faltarán ocasiones. Lo dejamos en pendientes.

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