Hace días, mi hija, de casi once años, quedó impresionada con un reportaje sobre la guerra en Palestina, referido a la muerte de muchos niños. No entendía que en las guerras mueran aquellos que no son soldados.
Me hizo un montón de preguntas, con muchos porqués, y me di cuenta de lo poco que sé sobre el conflicto entre Palestina e Israel. Leer noticias no me sirvió para aclararme, así que me puse manos a la obra tirando de historia...y en eso ando, escribiendo lo que he entendido, para sacar conclusiones que explicarle.

Se sabe que los primeros que la habitaron llegaron hace 90.000 años desde África, pero no fue hasta hace 40.000 que se estableció una población permanente. Hacia el 4.000 a.c., existían ya ciudades grandes, como Gezar y Jericó, y en torno al 2.000 a.c., la habitaban pueblos de lenguas semíticas, que dieron lugar a fenicios, hebreos y cananeos. Más tarde, los filisteos se asentaron en la costa.


Todos ellos os suenan de las pelis.
Una parte de aquel reino fue conquistada por los Babilonios, que en el 587 a.c. deportaron a los judíos en lo que fue la primera Diáspora (que es cuando un grupo de población con características definidas, es expulsada de su territorio hacia otro, en el que coexisten con la población indígena, pero conservando su cultura, religión y rasgos). Luego, los Persas conquistan Babilonia en el 579 a.c. y permiten a los judíos volver a su región, entrando en conflicto con los residentes, hasta afianzarse como autoridad en Jerusalén.
Pues todavía dura el mosqueo...
Que yo entiendo que si a los judíos les prometieron una tierra, la pidan. Pero que después de tantos siglos, podrían haber llegado a un acuerdo, ¿no? Que nosotros, a otra escala, pero también nos tragamos los recortes...


Los judíos, mosqueados por la ocupación romana, se revelan en el 70 y el 135 d.c, dando lugar a sendas diásporas y a la fusión de Judea con otras provincias romanas, formando Syria Palestina, que cuando los romanos dividen el Imperio, queda en el lado de oriente, hasta el 636 d.c., en que la conquistan los árabes y comienza el periodo en que Jerusalén es musulmana.
Y empiezan entonces las Cruzadas, porque los cristianos también se tenían que meter en todo, y del 1099 al 1187, Jerusalén es Cristiana, hasta que la reconquista el sultán Saladino (el malo de "El reino de los cielos"), y posteriormente los Mamelucos egipcios y los turcos Otomanos en 1516. Estos se quedaron Palestina durante cuatro siglos, en los que fue habitada por cristianos y musulmanes, y una pequeña proporción de judíos, muy influyente, a pesar de minoritarios. Al final de este periodo aparecen las corrientes del pensamiento sionista, que defendían el derecho de Israel a formar una nación con territorio propio.

Los árabes, mucho menos organizados, y sin un plan ambicioso como el judío, fueron perdiendo terreno e influencia, y la región fue ganando en enfrentamientos y hostilidad. Por aquello de que "de la calle vendrá, y de mi casa me echará"....
En 1929, la matanza de Hebrón fue el colmo de los enfrentamientos previos, provocando que los británicos reconsiderasen la situación, y decidieran limitar el numero de judíos que podían volver a Palestina, mosqueándolos, claro. Pero la cosa quedó en eso, hasta que llegó Hitler. El que faltaba.
Los británicos, viendo la que iba a liar Hitler, pensaron que sería bueno llevarse bien con los musulmanes, así que, semanas antes de la Segunda Guerra Mundial, firmaron el Libro Blanco, que determinaba que en el plazo de diez años, Palestina se convertiría en una nación independiente de la Sociedad de Naciones, gobernada en común por árabes y judíos, pero limitando la inmigración judía a 75.000 anuales, previa autorización árabe, lo que en la práctica suponía cerrar la fronteras a los que huían desde Europa.
Cuando, además, el líder árabe palestino se alió con Hitler, mandando incluso tropas para que se unieran a las SS, la causa palestina quedó obviamente relacionada con el régimen nazi.
El impedimento por parte de las autoridades palestinas, con ayuda de los británicos, para que los judíos se refugiaran allí, huyendo del holocausto, confirmó la creencia de los judíos de que solo estarían a salvo en un estado propio, que comenzaron a fraguar comprando y fabricando armas, con las que se enfrentaron durante años, a palestinos y británicos, hasta que, en 1947, Naciones Unidas aprobó en Plan de Partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, de distribución absurda y desorganizada, con territorios del mismo bando incomunicados entre sí, y con Jerusalén separada de las dos, en un reducto bajo el mandato de Naciones Unidas.

Lo que sigue ya es una maraña indescifrable para mí, un enredo de intereses de diferentes países que implican alianzas económicas y estratégicas de lo más enrevesado, con guerras, atentados, resoluciones de la ONU, conquistas y desconquistas, con ejércitos desiguales, unas veces de un bando y otras de otro, complicadas con disidencias dentro de las propias alianzas. En fin, todo lo que el hombre es capaz de hacer mal, en el mismo embrollo.
Tanto palestinos como judíos han sido ofendidos y atacados durante siglos. Ambos bandos han cometido atrocidades, y han ideado formas de guerra y terror fuera de toda lógica. Han rechazado una tras otra las soluciones de paz surgidas de las inútiles y torpes intervenciones internacionales, que no han solucionado el conflicto, porque nunca les ha convenido a todos.
Personalmente pienso que esto no tendrá fin hasta que uno de los dos aniquile hasta el ultimo de los habitantes del otro, demostrando lo irracional de nuestra especie; dejamos que dos de nuestros hermanos se devoren, porque igual nos quedamos un trozo de la herencia, sin ver que el que gane nos puede llevar por delante a los demás.
A todo esto, la razón esgrimida por radicales de ambos bandos es el mandato divino de dos libros, el Corán y la Torah, que siguen las leyes de dos dioses, y que, perdonen la blasfemia, pero se parecen demasiado a la Biblia de los cristianos, que también han masacrado lo suyo en nombre de Dios.
El mundo se sigue moviendo al son de religiones monoteístas, regidas por libros sagrados, que a mí cada vez se me parecen más, sobre todo en sus errores.
A ver si soy capaz de explicarle tooooodo esto a mi niña, y de paso la convenzo de que siga viviendo atea...
Obviamente también le diré que lo que hace ahora Israel con los palestinos es una masacre, que una guerra lo es cuando se enfrentan dos ejércitos, y Palestina no lo tiene. Que matar niños, como ella vio en la tele, es un holocausto asimilable al que sufrieron ellos. Que no tengo noción de ningún pueblo cuyas víctimas, hayan sido tan reconocidas, lloradas y sentidas como las suyas, y que ninguno ha visto tan respetado su dolor, como el judío por las víctimas del holocausto. Pero lo que hacen ahora los desmerece. Deshonran a sus muertos.
A ver si soy capaz de explicárselo.
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