
Lo que espero, y celebraré si llegan, son tus gestos, tus voluntades. Un beso que me cuente que todos los días me quieres, un abrazo que nunca se suelte del todo, un quiebro a tu agenda para tomarnos un café juntos de lejos.
Una tarde nuestra, sin prisas y sin noes. Una fuga con billete de vuelta. Que se me está olvidando el sabor de tus rincones, y se destiñen tus miradas en mi retina.
Te vas convirtiendo en postal antigua, en carta leída y gramófono, y recordarte ya no es contar lo que nos pasa, sino batallitas de cuando fuimos.
No me arrincones en tu carpeta de pendientes, junto al momento que no viviremos y la noche que no será, que quiero ser princesa por un día, aunque la medianoche rompa el hechizo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario