viernes, 19 de abril de 2013

LOS VOTANTES DE COSPE

              María Antonieta, en un derroche de cinismo, cuando le comentaron que los franceses de a pie no tenían pan, contestó que comieran pasteles...

           María Dolores de Cospedal, una de mis hienas (véase post anterior, de enero de 2013 ), lleva meses incitando al pueblo a usar una metafórica guillotina. El problema es que algún padre de izquierdas, de esos que no le votan, y que eligen dar de comer a sus hijos en lugar de pagar la hipoteca, no quiera ser metafórico...

          Me niego a creer que quienes nos gobiernan, busquen provocar la insurrección, a base de profanar las más elementales normas de convivencia. Puedo entender que son fanáticos de un orden arcaico, que se han formado en una doctrina sectaria y clasista que les caló las entrañas, y que la pudredumbre se les viene a la boca, en forma de halitosis verbal. Puedo entender que hay malas personas, y que su dios que los cría, los junte, en connivencia con los guardianes de su iglesia. Que no es la que me enseñaron...Puedo entender que ofrezcan un programa electoral  para incumplirlo, trocando promesas por mentiras.

           Pero no puedo entender que desestabilicen a conciencia este país que somos todos, que tanto trabajo costó a nuestros mayores y que, con muchos fallos todavía y con mucho por pulir, era, hasta hace poco, uno de los mejores sitios donde vivir.


           Obviamente, no era todo tan blanco y tan sólido. Disfrutábamos de un falseado bienestar, mientras los garbanzos negros se multiplicaban en los cocidos de nuestras instituciones. Pero que tengamos que pagar por nuestra indolencia, por mirar para otro lado sin renunciar a nuestras prebendas, no significa que  para cambiar el motor haya que cargarse el coche...

           Sra. Cospe (el ninguneo no es falta, cuando es recíproco...), seguro que no dijo, o no quiso decir lo que dijo,  o la malinterpretamos, igual que la ducha de  Cañete. Porque usted en el fondo sabe, que los únicos votantes del PP que  dejarían de comer para pagar la hipoteca, son aquellos que ya votaban a Alianza Popular, gente que me merece todo el respeto, pero cuyos valores no comparto. Algunos conozco, que sobreviven a base de caldos de avecrem, y que bajan a regatear el céntimo  al Covirán de la esquina, pero con el visón puesto. Esa gente de bien que usted comenta, tiene al corriente sus recibos de la hipoteca, del coche, de las clases de hípica y de la VISA, aunque en su casa no entre la ternera desde que  Manolete cortó la última oreja. 

          Pues perdone, sin entrar en honduras, que la mayoría de españoles no comulguemos. Nunca mejor dicho, modestia aparte. Yo prefiero que mis hijos hagan tres comidas, y hasta merienden, aunque sea derroche. Mi hipoteca se paga después. Si puedo.

          Y el contrasentido de que siendo  mayoría los que queremos comer a diario, ustedes gobiernen, se explica porque los votantes del PP que les dieron la victoria, no son los de Alianza Popular, sino obreros engañados por los cantos de sus sirenas-hienas, que se dejaron llevar por ellos cuando zozobraban en los mares de la crisis. 

         Por eso, Cospe,  no todos sus  votantes pagan la hipoteca aunque no puedan comer...

         Piensa lo que dices, María Antonieta...


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