domingo, 1 de julio de 2012

CINCUENTA SOMBRAS...

          Hace meses que leo artículos y referencias sobre el pronosticado best seller del año. Como ocurre con estas cosas, se vende más su originalidad que otras bondades. 

          Para el que no lo sepa, CINCUENTA SOMBRAS es una novela de contenido erótico, que nos acerca al sadomasoquismo light, escrita por una ama de casa americana. 

          Ahí está el gancho: ama de casa americana + sadomasoquismo sexual. Dos conceptos que resultaba políticamente incorrecto relacionar. 

          Si me habéis leído antes, ya sabréis que me gusta ese tipo de literatura. Una tarde de hipermercado, mi subconsciente se dejó arrastrar por el montoncito de libros de oferta, y en particular por uno bastante gordo, ideal para tardes de verano, con una corbata gris en la portada, y una pegatina aclaratoria que decía: "si, este es el libro del que habla todo el mundo".

          Como consejo anticonsumista, si vas de compras, no vayas con hambre ni aburrida: comprarás comida y libros de más...

          Confieso que no lo he terminado aún, pero dudo que sufriera si alguien me lo robara antes de saber el final. Vamos, que en las ultimas 40 páginas el argumento tiene que dar un giro espectacular, tipo "El sexto sentido", o los personajes enredarse en el polvazo del siglo (que bastita eres, hija...), para que me lea las otras dos partes de la trilogía.

           No me malentiendan. No voy de sobradita, ni de enterada. Pero había leído artículos que describían la novela de forma escandalosa. Algunos aseguraban que una mujer normal, prácticamente no podía leer dos capítulos seguidos sin darse una tregua en el baño. Otra periodista hacía referencia a que lo leía sin bragas y con su cacharrito de pilas al lado (no me lo estoy inventando. Hay que entender que  escribe en El Mundo, y su dintel de escándalo debe ser bastante  bajito). 

            Y claro, una se crea expectativas de lecturas incendiarias, interesada por aprender prácticas no experimentadas, y sopesar la posibilidad de...
Y sinceramente, lo único que se me ocurre decir es: nospatanto!

           No voy a dar detalles, porque no quiero fastidiarle la novela a nadie, pero no esperen escandalizarse. Buenos ratos, si, pero escandalosos, no. 

           Tampoco digo que sea un mal libro. Tiene cosas buenas. Los personajes, a pesar de ser bastante previsibles, son gente que cae bien. Y a él, me gustaría encontrármelo en una esquina. Siempre que no hubiera cerca fustas....La historia tiene un poquito de chico rico todopoderoso, que cae a los pies de doncella inocente (Topacio fuera de su telenovela), que resulta ser más perversible de lo que imagina. Y eso engancha. A todos no gusta el cotilleo y el morbo de corromper voluntades, lascivamente hablando.

          Y si de verdad está escrita por una aficionada, tiene algunas ideas francamente  geniales a la hora de contar la historia. Pero el estilo, el vocabulario, resulta  frío. Como si leyeras un periódico. Aunque de ésto puede tener culpa la traducción.

        Otro punto a su favor es que, por lo visto, en Estado Unidos ha sido una revolución. Al considerarse "novela erótica para mamás" , admite que las mujeres "normales" tengan fantasías, e intenten llevarlas a cabo. Abre el debate y socializa el tema.  Las Sumisas y los Amos han dejado de ser gente indeseable y rara, para salir de los armarios (de las jaulas en este caso) con total indolencia.

        Y los ferreteros están flipando, porque la venta de cuerda (particularmente la soga de nylon de doce mm) ha aumentado un 30 por ciento en 6 meses. Igual que los dueños de sex-shops, que se están forrando a base de aceites corporales, esposas y bolas chinas...  Esta novela resulta anti crisis para muchos. Algunos por las ventas, y otros porque  hacen menos aburridas sus camas.

         El caso es, que ni siquiera el hada de Cenicienta podría haber conseguido en la vida real, que semejantes personajes se hubieran liado, en cualquiera de los sentidos, lo que hace sus relaciones carnales bastante...que no, que no me convence. 

         Igual dentro de cuarenta páginas, rectifico todo ésto, con mi boca abierta de asombro, y compro ejemplares para regalar a todas mis amigas...pero por ahora, un sufi raspado.

         Si alguien quiere leerla, me quedan 40 páginas para prestarla.

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