sábado, 8 de junio de 2013

UN BRINDIS

            Hace 26 años que me pidió salir mi novio. 

            Si bien es cierto que  ha sido el único que me lo pidió,  no creo que ésto le reste méritos a la celebración...que tampoco estaba yo como para quedarme a vestir santos...

           No ha dejado, desde entonces, de darme razones para alegrarme de haber dicho que si. Por eso nuestro aniversario, que  sigue siendo éste y no el de bodas, se viene convirtiendo en el Día de Acción de Gracias de mi credo particular. Y el beso de buenos días de cada mañana, es hoy un poco más largo, y su sonrisa más tierna.

          Hemos pasado el día con nuestra pareja favorita: nuestro hijo y nuestra hija, y vamos a cenar con velas, porque tenemos una suerte que celebrar: seguir  queriendo cenar con velas. 

          Días como éste, siento ser atea, porque queda insulso agradecer al azar mis circunstancias. 

          Solo quiero compartir el brindis, por el chico que me enseñó a besar, el que se ha enamorado de mí tantas veces como yo de él, que sigue disfrutando mis redondeces, tanto como lo hacía con mis curvitas, que me coge de la mano para tirar de mí, o para frenarme en la caída, pero jamás la suelta, ni me deja sola. Que conoce cada resorte de mi cuerpo y de mi alma,  y aún así, nunca me manipula. Que prefiere reír conmigo antes que con nadie, y cuya única condición para quererme es que vuelva a dormir a su cama. El hombre con el que  mi casa es un hogar,  y mi vida un camino por delante.

         ¡Salud!

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