jueves, 26 de septiembre de 2013

ASTENIA OTOÑAL

             El otoño asoma  de nuevo. De nuevo, no, de otra vez... que las cuatro estaciones se repiten con la misma cadencia, pero el otoño parece la más rutinaria.

             Y no es una estación, sino un estado. Un letargo. Un bajón. 

             La Primavera es  tiempo de cambio, de transición a lo bueno, de encalar, de prepararse, de enseñar los colores...y a la gente le provoca astenia.  Sin embargo el Otoño, que es tiempo de cerrar, de guardar, de recoger y de sacar los marrones y los grises, ¿no provoca astenia otoñal? A mí sí.

             Nos vestimos de otoño por fuera y por dentro, para  dejar atrás los días largos, las risas  de playa y de parque, el sol. Meternos sin ganas en la rutina, en las tardes que duran apenas  el final de la mañana. El frío al salir de la ducha y los arboles haciendo streptease. La ropa que tarda en secarse, las mangas largas.

            Lo único bueno del otoño son las mandarinas y la luz cobriza de los atardeceres.

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