Estoy pensando, que parte de la culpa de que lo nuestro siga siendo, es tu capacidad para quererme de tantas formas distintas
Has amado mi cuerpo en todos sus estados, y mi vida en todas mis locuras. Y planeas seguir haciéndolo.
Tú planeas bendiciones, y yo bendigo tus planes.
Hay veces que amas tanto lo que siento y pienso, mi forma de conducirme, que si saliéramos de la cama pensaría que tu amor es platónico. Afortunadamente, salimos sólo lo preciso, porque tu maestría en horizontal, me hace llegar a recodos insospechados para mis entendederas.
Respetas los espacios que te vedo. No rasgas tus vestiduras ante la idea de que se me antoje aprender en libros que no sean tuyos, comer en platos fuera de tu mesa. La puerta siempre abierta, para que no me entren ganas de irme.
La libertad que le brindas a mi cuerpo y mi mente es, precisamente, la cadena que amarra mi voluntad a tus besos, porque lo poco bueno o malo que soy, se hizo contigo. Porque tu impronta preña mi vida de ganas, de momentos, de recuerdos. Porque no eres mi media naranja, que ni tú ni yo somos mitades de nada. Porque no somos uno en cuerpo y alma, sino dos que se dan el alma con el cuerpo.
Porque escaparme contigo sigue siendo un regalo.
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