miércoles, 13 de noviembre de 2013
13 DE NOVIEMBRE
Cuando me miro en los ojos de tu sobrina, mi niña, que tienen tanto de los tuyos, siento que cualquier dolor merece la pena por el privilegio de tenerla conmigo.
Cuando se me dibuja en la cara la curva de la felicidad, escuchando las declaraciones de amor de tu sobrino, mi niño, entiendo las razones de la vida.
Cuando el abrazo y los besos de tu hermano, mi marido, hacen que me de cuenta de mi fortuna, por disfrutar de un amor como el suyo, mi cuerpo se queda pequeño para recoger tanta dicha.
Pero la vida no regala nada. Y a cambio de tantos dones, nos lastima sin piedad. Por eso, hoy, en lugar de celebrar tus 35 años, te seguimos llorando. Por eso ningún 13 de noviembre pasará sin una lágrima. La de hoy ha caído en tu pañuelo de flores, mi fetiche, porque lo heredé de ti.
Como ayer y como mañana, hoy te echamos de menos, cielo.
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