martes, 20 de agosto de 2013

AMOR CANALLA

               Lo que pasa cuando se cruzan una ingenua sin voluntad y un amor canalla, es que ella le regala un beso, en una improvisada emboscada, y se cuenta a sí misma que el beso se lo ha robado él.

               Es un beso mínimo, chiquito, casi inocente, si no viniera de un ser sin alma vista, sin vísceras. Pero capaz de prender los sueños desoñados.

               Y vuelve a esperar que mañana la bese con ganas, que la mire a los ojos, y le recuerde por qué merece la pena. 

               Otra vez se romperá poquito a poco, maldiciendo su debilidad, como quien se fuma un cigarro  tras  días de empeño, jurándose por enésima vez que será el último.

              Pero no es fácil abandonar a  los amores canallas.

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