jueves, 15 de agosto de 2013

ORGASMINE

            El Síndrome de Malfo, es una forma groserísima de referirse al estado biopsicosocial consecuente al déficit de sexo satisfactorio, bien sea por  su calidad, cantidad, o frecuencia (variantes etiológicas).

            Epidemiología:  Afecta a adultos de cualquier  género, raza, opción sexual, tendencia política y edad, aunque  en mayores de 70,  la intensidad de los síntomas  es menor,  y  la tolerancia a los mismos mejora.

            Clínica: Irritabilidad, tristeza, cara de acelga, déficit de concentración, aislamiento social, hipersalivación paroxística, picores, dolores migratorios e inexplicables (del hombro derecho a la rodilla izquierda, a través del omóplato y que se mete en el estómago, como un calambre sordo...) Frecuentes cambios de humor, nula ilusión por la vida,  falta de empatía hacia las personas sexualmente activas. Esto último puede ser síntoma y/o causa del padecimiento. 

            Evolución: El individuo se  convierte, básicamente en un ser cansino, malaje, hiperfrecuentador en la consulta de Atención Primaria y socialmente mal adaptado. Pejigueras, se les denomina. 

            Tratamiento: La mala noticia es que  la prevalencia es alta, y que se ha detectado un repunte epidémico, probablemente relacionado con la crisis (no tenemos  cuerpo pa ná...)

            La buena noticia es  que tiene solución: ha llegado a mis manos  el resultado de un ensayo clínico para el que no fue necesario buscar voluntarios, porque colapsaron las oficinas de inscripción  a las pocas horas de la convocatoria.  Dicho ensayo demuestra la eficacia de   ORGASMINE 500 en la erradicación absoluta del problema.

           Posología: La dosis recomendada es de una aplicación cada 24 horas, con una pauta de inicio (dosis de ataque) de 2 ó 3 cada 24 horas, preferiblemente un fin de semana en hotelito con encanto, hasta que remita la intensidad de los síntomas, para ajustar posteriormente la dosis según necesidad.

           En periodos prolongados de estrés, se puede espaciar la dosis, a 1 cada 48 horas. Pero advirtiendo   que la constancia es fundamental para mantener el resultado, y , sobre todo, del peligro de efecto rebote si se abandona el tratamiento de forma brusca.

           Modo de administración: Preferiblemente en pareja, con una o más personas humanas, según hábitos. No obstante,  se han objetivado  buenos resultados  mediante autoadministración, ya sea manual, o con  instrumental adecuado.

           Efectos secundarios: Cansancio, agujetas, erosiones en la piel y escoceduras, sonrisa boba, aumento del brillo del pelo y los ojos. La piel se suaviza (salvo  zonas sobreexpuestas, que se pueden inflamar) y aumenta el interés por la depilación.

           Colateralmente, mejora el estreñimiento, la presión arterial, la  acidez de estómago y el mal sabor de boca.

           Al tratarse de terapia natural, no precisa prescripción, ni vigilancia médica, pero sí deben asegurarse de no situarlo al alcance de los niños.


           Dados los resultados beneficiosos para la salud del individuo y la sociedad que lo soporta, ruego a mis compañeros galenos, y a la gente de bien,  le den la mayor difusión posible. Eso sí, prudentemente, porque el individuo al que se le recomienda puede reaccionar de forma imprevisible, al interpretarlo como una crítica perniciosa.

         
Fomentemos, pues, la salud para todos, que más vale prevenir...

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