domingo, 18 de agosto de 2013

PARA ESO TE PAGO

             Cuando haces guardias en un servicio de Urgencias, te expones, por un módico  sueldo, a situaciones verdaderamente peculiares.

             No cambio mi profesión por ninguna. Me encante ser Médico, pero a pesar de los sueldazos que cobramos, los fantásticos horarios y lo respetados que estamos por la sociedad, tenemos derecho al pataleo. Digo yo.

             Y mi pataleo de hoy es algo parecido a las clases de Barrio Sésamo. Quiero explicarles la diferencia entre Urgencia y no Urgencia. Para evitar que algún día, un compañero, o yo misma,  les mande a hacer puñetas, o no sea capaz de dar pie con bolo cuando su padre de usted acuda  a un Centro Sanitario  con un infarto, porque lleve 20 horas sin dormir, atendiendo a ciudadanos con Prisas, en lugar de Urgencias.

            Les aseguro que ocurre. En la mayoría de las guardias nos pasamos largas horas atendiendo banalidades, que van consumiendo nuestro capacidad cerebral por falta de descanso. Ninguna persona puede pensar y tomar decisiones  15 ó 20 horas seguidas, con pleno rendimiento. Y de mi lucidez y agilidad mental puede depender que el señor que llegue con un infarto, se salve o no. Así de claro.

           Obviamente  la Administración no debiera permitir semejantes turnos de trabajo. Pero también podríamos mejorar el uso que hacemos de un servicio público.

           Si a nadie se le ocurre llamar a los bomberos porque se nos ha quemado el pollo, ni a la policía porque  nuestros hijos se pelean, vamos a dejar de avisar a los Servicios de Urgencias por chorradas, por  favor...

           Un dolor en el pecho que aparece de forma brusca con un esfuerzo, con sensación de ahogo, sudoración y palidez, que parece que a uno se le va la vida....es una urgencia.  Un dolor  en el pecho, que aparece hace dos semanas, que me permite trabajar, pero no jugar al  tenis, y que no se me ha quitado  con un paracetamol que me dio mi cuñada hace dos días....no es urgencia. Es prisa, porque he pedido cita para mi médico,  y me la dan dentro de tres días. Y yo quiero que me vean hoy, porque este fin de semana tengo partido.

           Un niño de seis meses, que sin  motivo aparente  presenta fiebre de 39 y medio, y llora sin consuelo, es una urgencia, y  es lógico que sus padres lo traigan a las tres de la mañana. Un niño de seis meses,  con 38 de fiebre, que ha sido visto por su Pediatra esta mañana, que le ha diagnosticado otitis y le ha prescrito antibiótico y antitérmicos, y que a las tres de la mañana vuelve a tener fiebre...no es Urgencia. Es que queremos que se nos cure el mismo día y no entendemos que las enfermedades son un proceso sujeto a  evolución temporal. El hijo enfermo es una patata caliente, y la responsabilidad es del Médico, no de los padres.

          Una señora  alérgica a las picaduras de insecto, a la que le pica una avispa, y se le hincha la cara como un monstruo, y tiene dificultad para respirar, es una urgencia. Una señora que no es alérgica y sufre una picadura de polilla en el abdomen a las 5 de la mañana, no debe acudir a un servicio de urgencias  por si la carcoma le hace un agujero  en la barriga.

         Un asmático que sufre de madrugada una crisis que no puede solucionar con su tratamiento habitual, es una urgencia.  Una chica que sale de fiesta, y cuando va para su casa recuerda que ha tosido  varias veces desde que entró en la discoteca, no es una urgencia.

       Los cuatro son casos reales, atendidos por mí. Lo único que tienen en común es que una vez atendidos, con corrección, pero sin amabilidad, y se les hace notar que su  motivo de consulta no es urgente, todos contestaron: "para eso te pago". 

       Y piensas en las horas que pasas lejos de tu casa, y  el sacrificio que dedicaste a conseguir ser Médico, para tener que aguantar que un energúmeno ignorante confunda un  Servicio de Urgencias con el puticlub de la esquina.

       Sólo espero que el día en que de verdad su salud corra peligro, se den cuenta de para qué  nos paga el Estado.

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