
Personas a las que dejas de frecuentar sin querer queriendo, porque la vida os conduce por diferentes derroteros, y cuyas existencias te son tan ajenas, que se han convertido en desconocidos.
Con parejas de las que no sabes nada, hijos, amigos y modos de vida que contaros mutuamente. Que han sufrido pérdidas y han disfrutado alegrías que no conoces, igual que ellos no saben de las que, en los últimos 20 años, te han convertido en lo que eres.
Ayer nos pasó. Mi marido y yo, nos reencontramos con ellos, J. y L. y sus vidas. Y fue un placer. Miraba a aquellos hombres a los que dejé de ver siendo muchachos, convertidos en señores, con más o menos canas, y más o menos barriguita, padres y esposos, bien colocaos, viviendo sus cuarenta. El brillo de los ojos y las sonrisas eran las mismas, pero con un marco de arruguitas. Estaban ahí, dentro de esas caras. Cambiados, pero ellos. Sintiendo al mirarme el mismo aturdimiento que yo, al comprobar el resultado del los años. Como cuando encuentras fotos antiguas en casa de tus padres.
Fue un día bonito, entrañable, y tenía que contarlo...
2 comentarios:
hay amigos que merecen a pena, J es uno de ellos, su mujer no tengo el gusto, pero supongo que igual, sus hijos geniales, imagino que habreis pasado una velada genial, como no podia ser menos.
no se puede pedir mas a una pareja, luchando por objetivos comunes, disfrutando juntos con sus hijos.
puedes estar orgullosa de conocerlos, ser amigos de ellos.
si tienes oportunidad los llamas y le dices que yo me siento igual con ellos.
un placer de tenerlos como amigos.
y si les dices, yo soy uno de los viernes
besos
ah¡¡¡¡¡ trabajo muy cerca de tí
Gracias por el comentario, se lo diré a J. Pero....¿¿¿¿quien eres?????
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