
Cierto es que nuestra responsabilidad es garantizar la atención sanitaria, y con la salud no se juega. Pero si somos capaces de operar a un bebé dentro de su madre, o de controlar el colesterol de Paquita, deberíamos ser capaces de encontrar formas de protesta y de reivindicación inocuas para el sistema, pero que se hicieran ver.

Por eso, estos días, cuando al asomarme a la prensa, se me hace cotidiano ver fotos de batas blancas y pancartas, me doy cuenta de que algo verdaderamente grande pasa.
La crisis nos está atando de manos a todos, en mayor o menor grado, excepto a los sinvergüenzas que contribuyeron a crearla por lucro y a las hienas que acuden a la carroña.
Ante tamaña alarma social, el escándalo y la indignación, las hordas de noticias negras, y las impúdicas cifras de miseria, la conciencia se nos revela...Que cuando Rajoy aprieta, ahoga, pero bien...
Así que me gustaría hacer notar ese cambio, ese giro en la actitud, ya no de los médicos, sino del tejido sanitario español, que sale todos los días a la calle a intentar salvar al paciente más grave que tenemos: el sistema sanitario.
Vuestro esfuerzo intenta, entre otras cosas, que yo vuelva a tener un sueldo al que renunciar cuando crea necesario hacer huelga. Desde aquí os lo agradezco.
P.D: especial reconocimiento a los MIR. Podéis más de lo que creéis.
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