Llevo cinco meses parada, perteneciendo a uno de los perfiles con menor tasa de paro que hasta ahora existía. En mi sector, por suerte, lo de ser mujer no engorda la cifra. En esos cinco meses, ni una sola oferta, a pesar de que mi c.v. nunca estuvo presente en tantos sitios. He movilizado a todo posible contacto, he utilizado todos los buscadores, incluido el SAE (ja, ja...). Y sólo encuentro dos posibles opciones: o doy asquito, o la cosa está todo lo mal que parece.
De hecho, después de una mañana histérica porque el SAS comenzaba hoy un periodo de contratación, durante la cual he comprobado la cobertura, la batería del móvil y las llamadas perdidas doscientas mil veces, aparte de estropear las lentejas, porque no tenía la cabeza en los fogones...me llaman a las 13:19 h, para ofrecerme un contrato de un mes de duración, que comienza pasado mañana, al 75% de jornada y sueldo, y a 150 km de mi casa. Casi tres horas diarias de carretera. Y ni siquiera es de mi especialidad. Vamos, que lo único positivo son los compañeros.

Así estamos. Estamos perdiendo hasta las razones para disfrutar las buenas nuevas.
Y a ti, Dra. Fernandes, desearte lo mejor. Te lo mereces.
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