Días en que, de repente, todo se clarifica. Las ilusiones, los sueños que nublan nuestra realidad y la tapizan con colores, se difuminan, y el blanco y negro de la vida, se hacen tangibles. Si acaso, algún gris, no más...
No son días malos. Son claros, transparentes, casi. Momentos para decidir, para encaminarse. Para escarmentar de las decepciones y actuar en consecuencia.
Porque esos días, también las sonrisas se tornan risa, y las caricias llegan más hondo. Las canciones hablan de tus personas, y parecen dedicadas a ti.
Las noticias cuentan tus cosas, y son casi buenas. Son días de saludos con respuesta.
Caes en la cuenta de la torpeza de aquel que no te busca, de la estupidez enorme de no querer estar cerca de ti. ¿Cómo puede alguien lúcido, perderse tu corazón...?
Esos días no afrontas la vida: la atacas. Puedes con todo, porque sólo contemplas lo que importa.
La emoción te sale por los poros, y te apetece relamerla, como si fueras un gato. De hecho, te sientes casi gato: independiente, caprichosa, suficiente. Pero ronroneas para que te acaricien...
Te gusta estar en tu reflejo, porque hoy, el espejo no te miente.
Hay personas con suerte, que conocen en esos días a la Persona, al Amante ...o deciden su Vocación.
Yo he tenido algunos días de esos.
4 comentarios:
De todo lo malo llega algo bueno. Porque aunque vengan días raros, sabemos algo evidente: sin carbón no hay Reyes Magos.
Los días raros.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=dQXZS_vbwBw
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