Si yo fuera políticamente correcta, diría lo mismo de la mayoría absoluta de izquierdas. Pero ni lo soy, ni estoy convencida del todo. Y así mosqueo a algún amigo...(un beso, encanto...)
El caso es que los recortes de los viernes, vienen a ser como un martirio chino. La muerte a pellizcos. Golpes constantes, no mortales por sí mismos, pero que minan la resistencia del más pintao.
Y los recortes económicos, suman penas a las duquelas, pero los que realmente me preocupan, los que corrompen los cimientos de la sociedad que van a heredar mis niños, son los tijeretazos ideológicos. Los diezmos de libertades y derechos adquiridos.
Tiemblo cuando oigo a mis mayores decir que estamos volviendo a lo de antes...
No niego que me da escalofríos pensar cómo se parece esta mayoría absoluta, a la minoría del absoluto que esclavizó a este país durante demasiado tiempo (un dictador doma esclavos, no gobierna).
El caso es que después de aquel largo letargo, salvo unos cuanto años reivindicativos, nos hemos modelado una Democracia cuasiparticipativa, en la que el pueblo cada vez pinta menos. Hemos desaprendido a protestar.
Para que salgamos a la calle y nos manifestemos, para que se oiga nuestro malestar, necesitamos una convocatoria oficial, capada por el estamento competente, que cuente con respaldo oficial y sea legal,. O al menos, que se trate de una tragedia nacional.
Si no, no se mueve ni dios. Yo tampoco, lo admito. Necesitamos permisos y tutores para quejarnos. Nos hemos aburguesado y no sabemos de rebelión.
Y digo yo...¿donde están los profesionales de esto? ¿Que esperan los sindicatos, lo partidos de la oposición, los líderes de masa, para indicarnos el camino? Si estamos dormidos...¿por qué no nos despiertan? ¿Quien va a ser nuestro mentor?
Mi madre me decía que nunca le pegara a ningún niño. Pero que si me pegaban a mí, me defendiera. ¿Nadie nos va a decir nada parecido?¿ Incluso nuestra conducta se va a basar en una disciplina alemana, de obediencia a las reglas dictadas por el poderoso?
Pues yo estoy deseando que llegue la niña rebelde al orfanato y nos haga poner la casa patas arriba. Ya, pero ya!
Eso sí, no hace falta romper nada...
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