martes, 14 de agosto de 2012

LA FEALDAD

      La fealdad es un atributo, no una característica.

      No eres fea hasta que lo vives o te lo atribuyen. Puedes ser guapa independientemente de la realidad, porque su valencia no es objetiva. Es atribuible, subjetiva.

       Esto justifica los momentos (léase segundos o años...) en que " se te sube el feo". Los espejos se convierten en tu enemigo, huyes de los escaparates al caminar, y no quieres ver, ni ser vista.

        Es un sentimiento cruel, ruín, incomprendido. Incomprensible, también, porque su coherencia con la realidad depende de los ojos del que ve, y cada ojo mide la belleza con una escala.

        La elegancia es un don, la inteligencia un privilegio, y la fealdad, una actitud, que como tal, genera respuesta.

       De forma que, cuando te vuelves fea, los demás te miran raro, te buscan poco, y te miman nada. Y a tu dolorosa fealdad, se une la sombra triste, el mohín que arruga tu cara, con arrugas de abandono, que no son bonitas, porque no vienen de la vida (del cansancio, de la risa....).

        Por muy bella que seas, vivir como fea arruina tus días, y aleja los besos y las sonrisas...

       ¿Por qué le estoy dando vueltas a  esto?...

       Me voy a la playa. Búscame en la arena, donde cambia la luz. Donde todo se ve diferente.

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