Hoy cumple 42 años el hombre más importante de mi vida. Sólo le supera mi hijo, pero aún es un niño, y además, me lo dio él.
De sus 42, compartimos los últimos 25, 11 meses, y 9 días. Desde que estamos juntos, casi todo lo bueno ha tenido que ver con él. Nunca me ha dado motivo para arrepentirme de quererle, y jamás me dejó caer.
Le conocí siendo un adolescente de carácter, que me miraba como nadie lo ha hecho jamás, y se ha convertido en un hombre noble, tenaz y cariñoso, que equilibra corazón y cerebro para conducirse en la vida, sin meterse en la de los demás, y celoso de la suya, que es también la mía.
Me tiene siempre la puerta abierta, por si quiero irme, mientras me da razones de sobra para quedarme.
Tiene muchos defectos, afortunadamente, porque sería injusto que me soportara siendo intachable. Pero resulta que sus defectos encajan con los míos.
Podría escribir cientos de páginas sobre él sin cansarme de pensarlo. Pero prefiero gastar mi tiempo en besos para sus labios, a ver si me perdona este homenaje, porque le revientan los cumpleaños...
No hay comentarios:
Publicar un comentario