sábado, 4 de mayo de 2013

MAMÁS

             Mañana es el Día de la Madre. Mis obligaciones no me dejarán escribir, así que me adelanto. 

             Durante años, este día  significaba que un centro comercial se había inventado una excusa para regalarle algo a Mamá, aparte de su cumpleaños (también en mayo, por cierto), su santo (en junio) y las Navidades...Pero no importaba, porque se merece eso y más. Lo importante era el detalle, y, ya de mayor,  supone una excusa perfecta para visitarla, y vernos todos en casa. Homenajearla.

             Desde hace nueve años, pasé al lado de las homenajeadas. Entonces entiendes eso que tu madre te ha dicho tantas veces, de que lo que importa es el detalle,  y que no hace falta regalo, que solo quiere un beso, y que la llames.

             Pero también empecé a no estar de acuerdo con la dirección del regalo: deberíamos regalar nosotras a los hijos, por brindarnos la oportunidad de serlo. 

             No me cansaré de repetir que la maternidad no es indispensable en la vida de una mujer, pero es, sin duda, la mejor decisión que tomé en la mía.

             Ser  padres es una decisión  egoísta, que nos hace dichosos la mayor parte de las veces. Es una autosatisfacción. El onanismo de las decisiones vitales. Nos eleva a la categoría de dioses, porque decidimos crear vidas, y moldearlas a nuestra imagen y semejanza, o a nuestro antojo, si  la nuestra no nos satisface. Cierto es que supone un esfuerzo titánico y responsabilidad de por vida, pero ningún hijo pide nacer. Y la recompensa diaria de sus besos es la droga más poderosa que existe. 

             Por eso, mañana, Día de  la Madre, recibiré henchida de orgullo el detalle de mis hijos, y guardaré como un tesoro el dibujo o la tarjeta de felicitación que me suelen hacer. Y mi fortuna serán sus besos y sus abrazotes de pequeños brazos. Y dedicaré el tiempo que me quede libre a pensarlos, a recrearme en mi suerte inmensa.

            Felicito desde aquí a todas las mamás, y a los hijos que tengan una de las buenas, como la mía..

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