Es el principio de un poema que aprendí de memoria en el cole, y cuenta los caprichos de una niña insoportable...más o menos.
Hoy lo he recordado escuchando las noticias. El titular indiscutible era que C. Ronaldo está triste.
Mientras conducía de camino al trabajo (a 150 km de mi casa, con un contrato basura y sueldo anual que no llega a lo que Ronaldo cobra en un día...sin mencionar que para conseguirlo hice una Licenciatura y su posterior especialidad...),se me ha revuelto el estómago pensando en el morro del impresentable, capaz de quejarse en público, con la que está cayendo...
Palabras malsonantes y maldiciones luchaban por escapar de mi cerebro a mi boca. Imaginen insultos que tengan que ver con flores antes de abrirse, hijos de madres con profesiones antiguas y machos de especies animales con cuernos. Yo no puedo escribirlas porque dejaría de parecer una señora.
Es intolerable que un deportista de élite, ídolo de masas que incluyen niños, se permita semejante declaración.
Un individuo imberbe, elevado al olimpo del fútbol, sin dos dedos de frente, que gana más dinero de lo que sabe contar, y con años de sobra por delante para forjarse una leyenda, no puede hacer pucheros porque le han dado a otro la chocolatina.
Si existe dios, se equivocó al hacerlo. Por fuera le quedó monísimo, pero en el cerebro no le puso más neuronas que las de jugar al fútbol. Ni una más.
Solo pido que no le sigan la corriente. Dejemos de frivolizar. Demosle la bofetada sin mano que se merece.
Jolín.
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